2016-04-23

Liderazgo: Mentoring para diferenciar entre un jefe y un Jefe-Maestro.

¿Eres consciente de cuánto influyes?

Por Daniel Sánchez Reina.

Lideragora.


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Liderazgo: Mentoring para diferenciar entre un jefe y un Jefe-Maestro.

¿Eres consciente de cuánto influyes?
¿Recuerdas algún jefe que fuera a la vez un maestro para ti?
¿Puede un jefe ser un maestro?
 


David McClelland (1917-1998), un autor al que recurro con frecuencia por la altísima calidad de sus estudios, psicólogo americano del Conocimiento y gran estudioso de las motivaciones humanas, describió las cualidades del buen maestro.

Debe ser capaz de:

  • Enseñar el concepto de motivación al logro
  • Crear las expectativas positivas para lograr mayor orientación al rendimiento
  • Mostrar que el proceso de aprendizaje está en sintonía con las demandas de la realidad y los valores personales y culturales
  • Generar la necesidad de que el discípulo/alumno/colaborador se proponga metas realistas, prácticas y específicas
  • Influir para que se vayan dando pasos hacia esas metas
  • Generar un ambiente de aceptación y respecto

Sintetizando la tesis de McClelland, podemos definir la figura del buen maestro como aquella persona que promueve un ambiente confortable para que se produzca el aprendizaje, que conoce tus limitaciones y, lejos de ignorarlas o edulcorarlas, te hace conocedor de ellas para que desarrolles sentimientos de superación, de autoestima y de valor personal.

Vemos que esta definición es perfectamente aplicable a lo que se espera de un buen jefe. Por tanto a éstos les llamaremos jefes-maestro.

En el otro extremo encontramos a otros dos perfiles:

  • el no-maestro (aquella persona que ni fu ni fa, que no nos influyó ni para bien ni para mal) y
  • el antijefe-maestro (del que solo su recuerdo nos trae a la mente imágenes de egoísmo, irresponsabilidad, maltrato psicológico, miedo, humillación, corrupción de valores).

Ante estos dos perfiles es como si nuestro pupitre hubiera estado vacío todo ese tiempo, porque ni nuestra mente ni nuestro corazón se nutrían en absoluto. Aunque, para ser justos con el antijefe-maestro, hay que reconocer que también aprendemos algo de él: lo que no hay que ser ni hacer.

¿Es importante tener o haber tenido un jefe-maestro?


Atendiendo a la definición de maestro, es evidente que sí. El gran premio de la lotería de cualquier persona y en cualquier ámbito –personal o profesional– es alcanzar el autoconocimiento. Cuando te conoces puedes activar los mecanismos para mejorarte. Si no te conoces no hay mejora posible.

Un buen maestro consigue que vayas voluntariamente más allá de tus límites. No los recordamos tanto por los conocimientos que nos transmitieron sino porque nos enseñaron a ser y a pensar por nosotros mismos. El maestro es un acelerador de conocimiento vital y profesional.

Busca en tu memoria. ¿Recuerdas algún jefe-maestro? Si encontraste un nombre, es un buen momento para agradecerle lo que hizo por ti. Quien tuvo un maestro en el pasado tendrá un tesoro en el futuro.
Es muy probable que no sea consciente de la gran influencia que tuvo sobre ti. ¿Por qué no le envías un e-mail o le haces una llamada para veros después de tanto tiempo? Seguro que le alegrará. Quién sabe… quizá retoméis la relación y ahora aprendáis mutuamente.

La mayoría de jefes-maestro lo son sin proponérselo.


Aprendemos a través de sus cualidades humanas y de liderazgo. Es fácil detectar un entorno donde hay un jefe-maestro, porque es el espejo en que se reflejan sus colaboradores. El clima que ha generado se palpa en el ambiente.

Si no dispones de ese maestro y sientes que no has conseguido todavía alcanzar tus metas profesionales y tienes la suficiente humildad para reconocerlo, pon un mentor en tu vida. Un mentor es un maestro que sabe que lo está siendo y precisamente por eso le pagas.

Insisto en que debe ser un mentor, no un coach. Hay mucha confusión en la sociedad sobre ambos conceptos. Las dos son figuras muy útiles para el profesional, pero tienen objetivos distintos y metodología distinta.

El coach

Un coach utiliza como herramienta las preguntas, algunas más ligeras y otras más punzantes, con el fin de generarte introspección. Un coach nunca te dirá lo que tienes que hacer: te ayudará a que llegues a tus propias conclusiones sobre tus propios problemas.
Cumple una importante función porque ayuda a las personas a encontrar los verdaderos motivos de sus bloqueos y creencias limitantes, y a superarlos. El coaching es una herramienta muy útil por la que todos alguna vez deberíamos pasar.

El mentor

El mentoring funciona de otra manera. Tiene como objetivo prepararte para afrontar situaciones que con toda probabilidad experimentarás en el futuro, de tal manera que ya dispongas de unas pautas para gestionarlas.
Meterá las narices en lo que haces y por qué lo haces, aportándote conocimientos y recomendaciones por el camino. Te transmite todo su saber y experiencia. Será tu acelerador.

Y si eres jefe, recuerda que de ti depende que dentro de unos años te recuerden como un jefe-maestro, un no-maestro o un antijefe-maestro.

Te deseo lo mejor.

Por DANIEL SÁNCHEZ REINA
marzo 3, 2016

Daniel Sánchez Reina

Socio Ejecutivo de la consultora E2-Eficiencia Empresarial.
Autor de El dilema del directivo (LID Editorial).
Miembro de LID Conferenciantes.
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Fuente: Lideragora

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