2016-06-15

Cinco formas como el “procrastinador emocional” evita sus emociones.

5 formas de evitar emociones para ser un “procrastinador emocional”. 

Por Maite Finch.

Blog de Maite Finch.


procrastinador emocional
Cinco formas como el “procrastinador emocional” evita sus emociones

Hoy voy a dedicar este post a las personas que evitan emociones, a las que usan algunas, o a veces, todas las formas en las que se pueden evitar emociones.


Y además, con mucho cariño, voy a dedicar este post a algunos de mis clientes que tuvieron, primero, la confianza de empezar conmigo un proceso de descubrimiento y mejora personal, y segundo, la valentía de aceptar que estaban evitando emociones y esa era una de las claves para empezar a resolver el alto nivel de malestar con el que vivían.

Evitar emociones parece que se está convirtiendo en un hábito. Si, empieza a crearse lo que denominamos entre un cliente y yo la “procrastinación emocional”.

Parece que ya no solo procrastinamos en nuestra tareas u objetivos personales y profesionales, sino que también tendemos a posponer la gestión de nuestras emociones. Hay demasiados “compromisos” diarios, demasiadas urgencias en el trabajo, en la familia, en el día a día. Y así van pasando las semanas, los meses y a veces, hasta los años, en los que hemos apartado de nuestras responsabilidades y compromisos diarios, la gestión emocional.

Comenté en un artículo anterior que sin darnos cuenta estábamos utilizando, y puedes consultar si no lo has hecho, “7 estrategias para no sentirnos bien” y que era esencial identificarlas para empezar a gestionar nuestras emociones. Ahora bien, una de estas estrategias es la EVITACIÓN.

5 formas de evitar emociones para ser un “procrastinador emocional”


El problema de la evitación y su sostenibilidad en el tiempo, es que inicial y aparentemente, cuando ponemos en marcha esta estrategia, sentimos una “falsa tranquilidad” porque no le prestamos atención y parece que no pasa nada, que no tenemos ningún problema ni situación emocional que resolver. A medio o largo plazo, o cuando aparecen situaciones que nos obligan a tomar decisiones, es cuando nos damos cuenta que tenemos una gran dificultad en resolver tal situación, y no acabamos de saber por qué nos cuesta tanto.

Profundizando e invirtiendo tiempo en un análisis guiado, la persona se suele dar cuenta de que el problema, no es la decisión que tiene que tomar, sino que hay algo más que tiene prioridad. Y este es el verdadero reto. Ejemplos:

  • Profesionales que no se acaban de ver válidos para el puesto al que le proponen promocionar. Parece que la decisión es si aceptan o no, pero, el objetivo real es cómo se ven a si mismos primero, como se valoran en general como profesionales, y cuál es su verdadero objetivo profesional. No se lo han planteado nunca, se han dejado llevar por la inercia de los años, y han llegado a un punto en el que algo no les cuadra.
  • Personas que se preguntan por qué tienen tantos problemas en sus relaciones personales y se plantean seguir o no en la relación. La verdadera cuestión, es que han desarrollado pautas de desconfianza generalizada, porque algo grave les ocurrió y no lo supieron gestionar en ese momento. Así que la estrategia fue evitar afrontar esa emoción de un episodio traumático.
  • Profesionales que se han quedado en situación de desempleo, quedándoles muchas horas libres en las que prestarse atención, se han dado cuenta de que algo no les permite buscar nuevos proyectos y no están comprometidos del todo con su búsqueda de empleo. Cuando se permiten realizar un foco guiado sobre sí mismos, se dan cuenta de que tienen otros problemas emocionales que resolver, y hace tiempo que los van arrastrando y no les prestaron atención. Claro, en situación de desempleo, hay menos urgencias que atender y que puedan tapar las verdaderas necesidades emocionales.

Llegados a este punto, es importante analizar exactamente qué estoy evitando y aquí encontramos esas 5 formas de evitar emociones:

Evitación Situacional: ” Yo ahí o con esa persona no voy”


  • Una de las más utilizadas. Se suele evitar encontrarse o hablar con determinadas personas, se evitan lugares, cosas o actividades que tienden a activar y potenciar el malestar, causando altos niveles de estrés. Son ejemplos de este tipo de evitación, los lugares con demasiada gente, con gente desconocida, o en los que uno se expone socialmente, como hablar en público.
  • Problemas de inseguridad, habilidades sociales o baja autoestima suelen estar a la base de este tipo de comportamiento.

Evitación Cognitiva: “No, voy a pensar en cómo sería si fuera bonito”


  • Este tipo de de evitación ocurre a nivel mental. Se utiliza esta estrategia cuando se evita conscientemente tener determinados pensamientos o recuerdos, diciéndose a uno mismo “no pienses eso”. También ocurre esta estrategia cuando se reemplazan los pensamientos que nos hacen sentir mal por otros que distraen, por otros que permiten fantasear, o que repetimos como ritual para no pensar en lo que impacta negativamente en las emociones.
  • De hecho hay personas que se esfuerzan tanto en fantasear que no son capaces de reconocer la realidad de determinados hechos y llegan a crear sus propios recuerdos positivos de la situación que ocurrió para poder vivir con ello.

Evitación Protectora: “Tengo que prepararme esto una y otra vez, que aún no está bien”


  • El perfeccionismo o la hiperpreparación son ejemplos de de este tipo de evitación. Ocurren cuando tratamos compulsivamente de evitar riesgos o peligros mediante la repetición continuada de una acción. Hábitos como la limpieza compulsiva y la excesiva corrección de un informe, la excesiva preparación o repaso de un evento, suelen estar compensando la no gestión de una emoción negativa no resuelta.

Evitación Somática: “No hago ejercicio porque me estresa”


  • Con este tipo de evitación, la persona trata de mantenerse siempre en un estado de no alteración física, ni para bien ni para mal. Es decir, no se hace ejercicio físico porque la taquicardia es lo que siente cuando tiene estrés, con lo que mejor no alterarse físicamente. A veces, incluso, las personas evitan emocionarse por un evento próximo, porque la expectación y emoción que causa, les hace sentir como cuando tienen ansiedad. Así que mejor no sentir nada.
  • Personas que sufren ansiedad, fobias o ataques de pánico suelen mostrar este tipo de comportamiento.

Evitación de sustitución: “Necesito emociones fuertes”


  • En este caso se sustituyen unas emociones negativas por otra más fuertes, así no se les presta atención. Por ejemplo, estar triste puede convertirse en enfado, porque se acepta y se tolera mejor; comer en exceso, beber o consumir cualquier droga para sustituir otras emociones negativas que no se saben resolver, llenar completamente y de forma prioritaria el tiempo con actividades físicas de riesgo, puede hacer que se “nublen” las emociones negativas que no queremos o sabemos resolver.

NOTA IMPORTANTE:

Estas formas de evitación nada tienen que ver con el comportamiento o decisión, puntual y consciente, de querer hacer algún deporte de riesgo de vez en cuando, de no gustarnos determinado ejercicio físico, de ocuparnos (no preocuparnos) de hacer las cosas bien y estar preparados, de visualizar como nos gustaría que fueran las cosas, o de decidir que con determinadas personas, que no nos aportan, no que queremos compartir nuestro tiempo. El comportamiento no significa la estrategia de evitación.

La distinción clave en cuándo estos comportamientos los usamos para tapar, evitar y sustituir emociones negativas y no asumimos la decisión de resolverlas. En ese momento cuando se convierte en estrategia habitual para un fin (no gestionar la emoción negativa), es cuando no estamos ayudando a nuestro equilibrio personal.

Conclusión


Es importante recordar, que podemos vivir mucho tiempo aplicando estas estrategias, de hecho, se usan porque funcionan en el corto plazo, y se repetirán con más insistencia, porque cada vez necesitaremos evitar más. Sólo en situaciones de crisis, a las que recomiendo no esperar que ocurran, o tomando decisiones, conscientes y voluntarias, de afrontar saludablemente las emociones negativas, o pidiendo ayuda, es como podremos vivir un proceso de resolución con menos desgaste emocional y mental.

¿Has identificado alguna estrategia que es habitual en ti?
¿Qué emoción estás intentando evitar?
¿Eres un “procrastinador” emocional?
¿Eres consciente de que consecuencias está teniendo para ti a medio o largo plazo?

Posted By : Maite Finch
2016-05-02

Maite Finch Talón

Psicóloga. Coach Sr Certificado. Formadora. Habilidades personales, directivas y comerciales. Marca Personal. Formadores.
Valencia, Comunidad Valenciana, Spain.
Recursos humanos.
Actual: Maite Finch-Evoluciona Talento, Ceisal | Centro Internacional de Estudios en Salud, IMF.
Anterior: ProyectoDAME, ESIC Business & Marketing School, Talento Direct.
Educación: University of Michigan.
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Fuente: Blog de Maite Finch 

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