2017-05-03

Dos estilos de innovación: Innovadores tipo I e innovadores tipo T.

Innovadores en forma de T ¿Eres uno de ellos?. 

Por Juan Pastor Bustamante. 

Repensadores.

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Dos estilos de innovación: Innovadores tipo I e innovadores tipo T

En “Las 10 caras de la innovación. Estrategias para una creatividad excelente”, un clásico sobre la materia escrito por Tom Kelley, socio de la consultora de diseño e innovación IDEO, y el redactor Jonathan Littman, los autores confiesan que en la compañía prolifera un tipo de personas a las que ellos denominan “individuos en forma de T”.


Una tipología de sujetos que “poseen conocimientos de muchos campos, pero también son grandes expertos en al menos una materia”. Son los innovadores en forma de T.

Para aquellos a quienes no les resulte familiar el término, en líneas generales podría decirse que hay dos tipos de profesionales, unos en forma de T y otros en forma de I.

Los que adoptan la forma de I son profesionales con un profundo conocimiento en una materia específica, que aprenden ejercitándose o entrenándose en ese terreno particular. En cambio, la forma de T implica que el individuo tiene conocimientos y habilidades más amplias y aprende conectando diferentes perspectivas de distintas especialidades.

El origen de esta distinción, si bien no confirmado, estaría en la consultora McKinsey & Company, cuyos empleados desarrollaron esta teoría para decidir qué tipo de consultores contratar para la firma.

En los sujetos I, la línea vertical describe esa especialidad o disciplina en la que son expertos; y en los hombre y mujeres T, a esta recta se le coloca encima otra raya horizontal que representa sus conocimientos y experiencia en otros campos.

Para la innovación es muy importante esta capacidad, porque la amplitud del saber y de las competencias que se tengan en otras disciplinas proporciona apertura mental a la hora de hibridar entre varias o cuando se trata de establecer colaboraciones fructíferas.

Como explica Tim Brown en una entrevista,

“The vertical stroke of the T is a depth of skill that allows them to contribute to the creative process.  That can be from any number of different fields: an industrial designer, an architect, a social scientist, a business specialist or a mechanical engineer.  The horizontal stroke of the T is the disposition for collaboration across disciplines”

Así, una persona en forma de T debería mostrar una mayor disposición para la colaboración entre disciplinas. Por un lado, le permite imaginar el problema desde otra perspectiva, es decir, ser capaz de ponerse en los zapatos de otros con mayor facilidad. Y, por otro, suelen entusiasmarse con las disciplinas de otros, hasta el punto de llegar a ser practicantes ellos mismos.

El ejemplo más popular de innovador en forma de T probablemente es Steve Jobs (¿de algo no es ejemplo en innovación?). Su especial interés por la caligrafía fue una de las razones por las que los primeros Mac incorporaron las tipografías. Pero no cabe duda de que el hombre T por excelencia es Leonardo da Vinci.

Es necesario aclarar que, en las organizaciones, son necesarios ambos perfiles. Aunque es verdad que cierto tipo de empresas prefieren profesionales en forma de T, porque son mejores o más aptos para impulsar esas interconexiones que acaban por provocar el surgimiento de ideas innovadoras o creativas.

En el fondo, es fácil de entender que un conocimiento profundamente arraigado en algo puede suponer una barrera para la innovación. Nuestra parcialidad o inclinación natural es observar los problemas a través de las lentes de nuestra propia experiencia. Un ingeniero tenderá a buscar soluciones “ingenieriles”, un abogado querrá litigar, un cirujano llevar el caso a la mesa de operaciones.

No es que esta fórmula sea poco inteligente. Suele ser apropiada, pero también es frecuente que nos conduzca hacia visiones estrechas y predecibles. E incluso puede ser fatal en las grandes empresas que lideran ciertos sectores, donde los años de experiencia acumulada en un campo concreto les impulsan a innovar de esta manera: basándose en lo que saben hacer bien.

Esta estrategia conduce a avances o innovaciones incrementales, y a medida que el mercado se hace maduro, obliga a un mayor esfuerzo para mantenerse en la posición de liderazgo. Siempre habrá un límite para hacer la lavadora más eficiente tecnológicamente o la televisión más nítida.

Esto no quiere decir que no haya oportunidad de innovar siguiendo este camino, sino simplemente que probablemente necesiten innovar de forma más diversa. ¿Una lavadora que compra por sí misma? ¿Una televisión autolimpiable?

Y aquí las personas en forma de T son bastante útiles. La mayoría de las empresas tienen perfiles de especialistas en varias materias, según la actividad (contables, ingenieros, publicistas, personal de logística, médicos…).

Pero si necesitan poner juntos a estos profesionales para trabajar en el mismo problema, si todos son personas en forma de I, será muy difícil que lleguen a colaborar.

Lo que suele ocurrir es que cada disciplina individual expondrá y defenderá su propio punto de vista. Y la sesión se convertirá en una negociación por ver qué óptica gana, y en ese momento se perderá la posibilidad de lograr un resultado innovador.

Así, vemos también cómo son necesarias las organizaciones en forma de T, empresas que rompen sus silos funcionales para adaptarse mejor y responder al entorno hípercompetitivo.

La colaboración, tanto dentro de la propia organización como fuera de ella, es indispensable para que haya innovación. Los cambios incrementales son insuficientes en un mundo que es cada vez más complejo, volátil e incierto.

Las empresas necesitan encontrar enfoques creativos a problemas reales, así como identificar nuevos problemas que resolver. Y para ello, necesitan innovadores en forma de T.

Bonus track

Existe incluso un evento especializado en innovadores en forma de T, el T-Academy, cuya web incluye un apartado con lecturas recomendadas sobre este perfil profesional.

Sobre Repensadores


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por Repensadores
Abr 28, 2017

Juan Pastor Bustamante (CEO)

Más de 15 años de experiencia en el mundo de la creatividad e innovación. Ha trabajado en la empresa privada, la administración pública y el tercer sector. Siempre en puestos directivos, ha liderado y facilitado equipos para la puesta en marcha de organizaciones, productos, servicios y desarrollo territorial.
Licenciado en Ciencias de la Educación por la Universidad Complutense de Madrid.
Ha publicado con la editorial ICEX el libro ”Creatividad e innovación: factores clave para la gestión e internacionalización”.
Juan Pastor Bustamante:
CEO Repensadores S.L.
 Madrid y alrededores, España.
 Consultoría de estrategia y operaciones.
Actual: Repensadores S.L, Escuela de Organización Industrial EOI, Asociación para la Creatividad.
Anterior: Universidad Politécnica de Madrid, Barrabes.Biz, Fomento de Iniciativa Joven (Presidencia Junta de Extremadura).
Educación: Universidad Complutense de Madrid.
es.linkedin.com/in/Juanpastorbustamante

Licencia:
No especificada.

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Fuente: Repensadores

Imagen: Specialist-Generalist


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