2016-03-16

Manual del Trepador. Como protegerse conociendo 24 Leyes del Poder



Manual del Trepador o cómo protegerse de las argucias del Poder (post-481). 
Por Amalio Rey. 
Blog de Amalio Rey. 
poder
Manual del Trepador. Como protegerse conociendo 24 Leyes del Poder

Déjame empezar con esto: el poder es sexy hasta que descubres lo perverso que es y te das cuenta de que lo que hay que hacer es… ir contra él. Por eso, si visitas a menudo esta casa puede sorprenderte que reseñe un libro como este porque muchas de sus recomendaciones están en las antípodas de lo que yo promulgo.


Me refiero a “Las 48 leyes del poder“, un best sellers harto conocido de los que no suelen faltar en el librero de cualquier directivo/a que se precie. Fue publicado en 1998 por Robert Greene y Joost Elffers, con un subtítulo que promete lo que da: Un Manual de las Artes del Engaño. Cómo alcanzar, conquistar y defender el Poder. En su semblanza editorial se dice que la obra recopila tres mil años de historia del poder en 48 leyes que sintetizan la filosofía de Maquiavelo, Sun-Tzu, Gracián y Von Clausewitz, entre otros.

El libro en cuestión llega a ser tan repulsivo a veces, que dan ganas de estamparlo contra la pared; pero lo más desconcertante es tener que reconocer que buena parte de estas leyes funcionan, son eficaces, por mucho que a mí me irriten.  Se trata de argucias que sólo se explican desde una paranoia patológica, pero sería de tontos negar que de eso hay mucho en la política y el mundo corporativo.

Este manual del triunfador trepador es un libro inquietante; incluso inmoral, pero sé que puede leerse con distintas intenciones. Me he animado a reseñarlo desde la perspectiva de alguien que no quiere que le embauquen. Odio profundamente la manipulación, y como no soy un santo, la que más desprecio es la mía; así que la lectura que voy a hacer es “defensiva”, incluso terapéutica.

Como comentaba alguien sobre el libro, el contenido es muy bueno pero peligroso en las manos equivocadas porque estos 46 preceptos pueden hacer mucho daño. Sin embargo, conocerlos puede ayudar a protegernos de prácticas chungas, e incluso aprovechar algunas leyes para hacer el bien. Por eso, esta entrada es un intento de convertir en positivo un libro que está escrito con evidentes dosis de mala leche.

La edición en español es muy mala (aquí la tienes en PDF). Por eso uso aquí una combinación de varias fuentes con algunos ajustes personales que es probable que no sean del todo fieles al texto original. La mejor traducción que encontré fue la de Ignacio Darnaude, así que al César lo que es del César. En algunos casos he tenido que acudir al texto en inglés para afinar matices.

Pues nada, preparémonos para entender por qué la política de hoy es una ambición, y no un servicio. Comentaré sólo la mitad de las 48 leyes, las que me han parecido más útiles desde el punto de vista “defensivo” con que escribo este post, pero también algunas que pueden ser útiles para conseguir fines loables. Adentrémonos ya en lo que podría ser el manual del perfecto estafador. Allá vamos:

1. Evita eclipsar a tus superiores:
Trata de que tus jefes parezcan más brillantes de lo que son. Puedes querer impresionarlos, pero no te pases demostrando las habilidades propias porque pueden provocar el efecto contrario, o sea, miedo e inseguridad.

2. No confíes demasiado en tus amigos. Aprende a utilizar a tus enemigos:
No hay que fiarse nunca de los amigos. Traicionan a uno con más rapidez porque sienten envidia con facilidad, y pueden convertirse en “mimados tiránicos”. Contratar a un antiguo enemigo puede ser más seguro porque tiene más que demostrar.

3. Oculta, disimula tus intenciones:
Hay que mantener a la gente desinformada y desconcertada. Envueltas en humo. Si no tienen ni idea de tus intenciones, es más difícil que te ataquen.

4. Di siempre menos de lo necesario:
Si pretendes impresionar a la gente con palabras, cuanto más digas, menos controlas la situación. La gente poderosa impresiona e intimida diciendo poco. Cuanto más dicen, hay más posibilidades de soltar una tontería [Añado: Se recomienda dominar el arte del silencio, y hacer que el otro hable más, una habilidad que a mí se me da fatal].

5. Defiende la reputación con la vida porque muchas cosas dependen de ella:
La reputación es la piedra angular del poder. Sólo a través de la reputación se puede intimidar y ganar. Una baja reputación te hace vulnerable.

6. Evita a los perdedores y desdichados porque contagian:
Los estados de ánimo son tan contagiosos y tóxicos como una enfermedad infecciosa.

7. Haz que la gente dependa de ti:
Para mantener tu independencia, es indispensable que los demás te necesiten. A más confíen y dependan de ti, más libertad tendrás. Como dijo Baltasar Gracián: “Mantén la esperanza viva, pero nunca satisfecha. Cuando la dependencia desaparece, también desaparece toda educación y después el respeto”. Advertencia: No pienses que, por depender de ti, tu jefe te querrá. Lo más probable es que te odie y te tema. Es mejor eso porque más vale que la gente dependa de ti por temor a las consecuencias de perderlo, que por el placer de tu compañía [Añado: ¡¡toma ya!!]

8. Usa la franqueza y la generosidad pero sólo de forma selectiva:
Un gesto franco y generoso hace bajar la guardia hasta del individuo más desconfiado.

9. Utiliza la ausencia para incrementar el respeto:
Demasiada oferta rebaja el precio. La escasez de un recurso aumenta su valor. Cuanto más te vean y oigan, menos te valorarán. Si ya has afirmado tu posición dentro de un grupo, un alejamiento temporal hará que hablen más de ti, e incluso que te admiren. Pero hay que saber cuándo alejarse. Si te vas demasiado pronto, es decir, antes de haber obtenido la cuota necesaria de poder y respeto, simplemente serás olvidado.

10. Mantén el suspenso. Maneja el arte de lo impredecible:
Mantén a los demás en un estado de terror y suspense. Si te muestras predecible, eso confiere a los demás la sensación de tener cierto control sobre ti así que invierte los papeles: muéstrate deliberadamente impredecible. Las actitudes que en apariencia carecen de coherencia o propósito desconcertarán a los demás, que se agotarán tratando de explicarse tus movimientos y acciones. Pero OJO: si eres el subordinado, la cosa cambia porque ser demasiado impredecible puede generar un exceso de tensión en tus jefes.

11. No construyas fortalezas para protegerte porque el aislamiento es peligroso:
Construir fortalezas expone más de lo que protege de los peligros que rodean ya que te aísla de información valiosa y te convierte en un blanco fácil. Es mucho más seguro circular, mezclarse entre la gente y buscar aliados. La multitud te protege de tus enemigos. Nunca te alejes tanto de las calles como para no escuchar lo que sucede a tu alrededor o advertir las conspiraciones en tu contra. No pierdas el contacto con las fuentes de tu poder. En el momento que pierdas el contacto con tu gente y busques la seguridad en el aislamiento, se gestará la rebelión.

12. Elige bien a tus enemigos. No ofendas a la persona equivocada:
Elige con cuidado a tus contrincantes y nunca conviertas en enemigo a la persona equivocada. Tampoco supongas que la persona con la que estas tratando es más débil o menos importante que tú, ni confíes en las apariencias. Un insulto es algo muy difícil de olvidar, y no se gana nada con insultar a alguien sin necesidad. Trágate tu impulso de ofender, aunque la otra persona parezca débil e inofensiva. Los errores suelen perdonarse, pero el desprecio nunca.

13. No te comprometas con nadie:
Es idiota el que se apresura a tomar partido. No se debe estar a favor de otra causa que no sea la propia [Añado: ésta bien podría ser la Ley Nº1 del Trepador infalible].

14. Aprovéchate de la necesidad que tiene la gente de creer en algo:
La gente tiene un abrumador deseo de creer en algo. Hay que convertirse en el punto de referencia de semejante deseo ofreciendo una causa. Hay que mantener las palabras vagas pero llenas de promesas, enfatizando el entusiasmo sobre la racionalidad y el pensamiento claro.

15. Controla las opciones. Haz que los otros jueguen con las cartas que tú repartes:
Las víctimas deben sentir que controlan la situación, aunque en realidad sean marionetas. Elijen, es cierto, pero entre aquellas opciones concebidas para que siempre favorezcan a tus propósitos.

16. Juega con las fantasías de la gente:
Da mucho poder aprovecharse de las fantasías de las masas. La vida real es dura, y la verdad se evita a menudo porque resulta fea y desagradable, así que aquellos que son capaces de crear romanticismo o provocar la fantasía son como magnetos: todo el mundo acude a ellos.

17. Descubre el Talón de Aquiles de cada persona:
Todos tenemos una debilidad, un punto débil. Esa debilidad puede ser una inseguridad, una emoción o una necesidad incontrolable. También un pequeño placer secreto. Una vez que se encuentra ese punto débil en los demás, se puede explotar en beneficio propio.

18. Desdeña las cosas que no puedes tener:
Si hay algo que se desea pero no se puede tener, hay que despreciarlo. Cuanto menos interés se manifieste, más superior parecerás.

19. Arma espectáculos imponentes:
Los grandes gestos simbólicos crean el aura del poder. Por eso hay que representar espectáculos llenos de visiones llamativas y símbolos radiantes. Abrumados por las apariencias nadie se percatará de lo que estás haciendo realmente.

20. Piensa como quieras, pero compórtate como los demás:
Si te pavoneas de tus ideas poco convencionales y costumbres poco ortodoxas, los demás pensarán que les estás despreciando, y encontrarán una manera de castigarte por hacerles que se sientan inferiores. Resulta mucho más seguro fundirse con la corriente general y nutrirse de ella. Sólo debes compartir la originalidad con amigos tolerantes y con aquellos con los que estés seguro de que apreciarán tu carácter único :-)

21. Menosprecia lo que es gratuito:
Lo que se ofrece gratis es peligroso porque normalmente implica un truco o una obligación oculta. Merece la pena pagar por aquello que realmente tiene valor. Pagando lo que corresponde se libra uno de la gratitud, la culpa y el fraude. A menudo también resulta inteligente pagar el precio sin rebajas: no existen los atajos maravillosos. Hay que ser pródigo con el dinero porque la generosidad es un signo del poder y un imán para atraerlo.

22. No modifiques demasiadas cosas a la vez:
Todo el mundo comprende la necesidad del cambio en abstracto, pero en el ámbito cotidiano las personas son criaturas de costumbre. Una excesiva innovación puede resultar traumática, y conducirá a la revuelta. Si se es nuevo en una posición de poder, o un forastero que intenta construir una base de poder, hay que mostrar respeto hacia la antigua manera de hacer las cosas.

23. Nunca parezcas demasiado perfecto:
Parecer mejor que los demás siempre resulta peligroso, pero lo más arriesgado es aparentar no tener ningún defecto o debilidad. La envidia provoca enemigos silenciosos. Es inteligente mostrar los defectos en alguna ocasión y reconocer vicios inofensivos, para desviar la envidia y parecer más humano y asequible. Sólo los dioses y los muertos pueden parecer perfectos con total impunidad.

24. No sobrepases la meta que te has marcado. Aprende a parar en la victoria:
El momento de la victoria es a menudo el momento de mayor peligro. En el entusiasmo de la victoria, la arrogancia y el exceso de confianza pueden llevarte a ir demasiado lejos. No puedes permitir que el éxito se te suba a la cabeza. Debes marcarte una meta, y detenerte cuando la alcances.


Para terminar, intuyo que muchas de estas leyes pueden recordarte comportamientos y estrategias seguidas por mandamases que han pasado por tu vida. Piensa en algún jefe cínico y poderoso que hayas sufrido, y encontrarás grandes similitudes.

el 12/03/2015

Director en eMOTools.
Málaga y alrededores, España.
Consultoría de estrategia y operaciones.
Actual: emotools.
Anterior: Universidad Carlos III de Madrid, SOCINTEC.
Educación: Instituto Superior de Relaciones Internacionales.
Twitter: @arey  https://twitter.com/arey

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Fuente: Blog de Amalio Rey 
Imagen: Power Godfather 
 
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