2017-12-09

La ciencia del éxito. Mentalidad fija vs mentalidad de crecimiento.

La ciencia del éxito (2). El poder de las creencias. 

Por Pedro Gioya. 

Instituto de Liderazgo.

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La ciencia del éxito. Mentalidad fija vs mentalidad de crecimiento

¿Qué tipo de creencias son mejores para el éxito? Venimos analizando cómo tener éxito y vamos a ver cómo nuestras creencias condicionan la manera con la que afrontamos las diferentes situaciones.


El poder de las creencias


Las creencias tienen un enorme poder en la arquitectura del éxito personal ya que predicen nuestras motivaciones, persistencia ante las adversidades y compromiso en la persecución de nuestras metas.

Para Carol Dweck, profesora de Stanford University, el punto de vista que adoptamos afecta profundamente a la forma en la que conducimos nuestra vida. Ella ha estudiado a fondo el papel de las creencias y han descubierto que hay dos tipos de enfoques respecto a las creencias [1] que predicen la probabilidad de que una persona tenga éxito:

  • Mentalidad Fija (Fixed Mindset).-
  • Mentalidad de crecimiento (Growth Mindset).-

La mentalidad Fija


Las personas con mentalidad fija creen que las cualidades humanas son algo tallado en piedra, inamovible. Creen que la inteligencia, el talento, la personalidad son características innatas y estables en el tiempo. Las fortalezas y debilidades son parte de la persona y no se pueden cambiar.

Por ello buscarán oportunidades que refuercen sus áreas fuertes y evitarán aquellas en las que no son buenas, evitarán riesgos que les saquen de su zona de confort, no verán los problemas como oportunidades y tenderán a no estar en temas en los que su habilidad natural no les ayude. Las personas con mentalidad fija tienen la necesidad de validarse a sí mismos constantemente en aquellos campos en los que son buenos.

Centrarse en las áreas de fortaleza es correcto mientras es adecuado. Es decir que cuando el entorno reclama otro tipo de habilidades, si seguimos centrados en aquellas en las que somos fuertes y estas ya no son adecuadas, las personas caen en el descarrilamiento ejecutivo.

La actitud de las personas con mentalidad fija suele ser más pesimista cuando cambia el entorno porque tienden a ver el éxito como una habilidad natural que se tiene o no se tiene. Hablan normalmente en términos de líderes nacidos, personas inteligentes, líderes carismáticos.

La mentalidad de crecimiento. El poder del “todavía”[2]


Las personas con esta mentalidad creen que la inteligencia, el talento, la personalidad puede modificarse y cambiar con entrenamiento y trabajo. Piensan que el esfuerzo, la práctica y el aprendizaje son elementos clave para conseguir el éxito.

Debido a ello son más propensos a asumir riesgos, a trabajar en entornos donde tiene áreas de desarrollo, buscan feedback con más asiduidad, ven los errores y los problemas como oportunidades que han de aprovecharse y tienden a persistir más cuando las cosas se ponen feas.

Se enfocan más en desarrollarse y en aprender constantemente. De hecho, no se desaniman ante el fracaso, sino que piensan que están aprendiendo, que están en camino de resolverlo y superarlo.

Combinación de mentalidades


Estas dos mentalidades influyen poderosamente en el camino del éxito. De hecho, casi nadie tiene una mentalidad fija, sino que solemos tener una mezcla de ambas, aunque tenemos una tendencia más acusada hacia una de las dos.

De hecho el neurólogo G. Gottlieb nos dice que tanto la parte innata, nuestros genes y características físicas como nuestro entorno y aprendizaje están entrelazados. Los genes necesitan información del entorno para poder funcionar adecuadamente[3].

Por ello, el exceso en cualquiera de las dos mentalidades es muy negativa, ya que nos hace perder el sentido de realidad y convertirse en un lastre para nuestra carrera profesional.

Como vemos, el punto de vista que adoptamos para nosotros mismos afecta profundamente a las decisiones que tomamos y a la forma en la que conducimos nuestras vidas.

Actitud ante el fracaso


Son nuestras actitudes las que marcan los objetivos que nos ponemos y nuestro concepto de éxito y fracaso.

Este es un punto importante. El fracaso en la mentalidad fija se convierte en una identidad ("como yo fracaso, yo soy un fracasado"). El fracaso se convierte en un trauma permanente y persistente ya que implica que la persona no tiene capacidad o potencial. Por ello, una práctica muy habitual es justificarse constantemente, buscar excusas o echar la culpa a otros.

Por otra parte, para la mentalidad de crecimiento, el fracaso es “un bache en el camino”[4]. Es una experiencia dolorosa, obviamente, pero no te define como persona. Se convierte en un hecho del que aprender y con el que hay que luchar.

Notas


Escrito por Pedro Gioya
07 sep 2017

Pedro Gioya

Socio Fundador Instituto de Liderazgo (IDL)
Instituto de Liderazgo
The University of Stirling
Madrid y alrededores, España
https://www.linkedin.com/in/pedro-gioya-56431210/
https://twitter.com/PGioya

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Fuente: Instituto de Liderazgo

Imagen:  Mentalidad de aprendizaje


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