Neurociencia, Inteligencia Emocional y Coaching.
Por Manuel Nuevo.Escuela de Organización Industrial.
En el Programa Superior de Coaching Ejecutivo de EOI se dedica un módulo completo a presentar la aportación al coaching de la Neurociencia. Tras presentar las bases psicológicas del coaching y de su aplicación práctica, la Neurociencia supone una prueba de validación de las diferentes teorías y enfoques psicológicos, y explica la base real científicamente comprobada de lo que representa un proceso de coaching.
Estas aportaciones van desde el fundamento e importancia de la relación coach/coachee y su peso decisivo en el proceso de coaching, hasta la visión del proceso como una serie de cambios físicos en el cerebro del coachee.
Como el fin último del programa es proporcionar a los alumnos conocimientos y herramientas para ayudar a sus coachees en sus procesos de coaching, es interesante revisar los conceptos de la Neurociencia aplicada al coaching, y su utilización en la práctica. Hay que entender este resumen como un repaso a los conceptos más importantes tratados en el módulo, y una visión práctica de su utilización.
Qué conceptos aporta la Neurociencia
Sin repetir lo que se explica en el módulo del curso, conviene recordar los conceptos básicos de la Neurociencia aplicada al coaching:
- El principio de evitación del peligro, real o simbólico, y apego a lo que proporciona placer
- El principio de evitación de la incertidumbre
- El balance racional/emocional (córtex prefrontal/sistema límbico)
- La influencia de las emociones en nuestras percepciones
- Las emociones, positivas y negativas, como respuestas adaptativas de nuestro cerebro.
- Distinción de la gradación entre emoción (respuesta automática del sistema límbico), sentimiento (emoción sentida más la elaboración mental de su percepción) y estado emocional (más duradero, prolongación en el tiempo de los sentimientos que determina y condiciona nuestra manera de estar). Ejemplo: Miedo (emoción), Inseguridad (sentimiento), depresión (estado emocional), cada uno de ellos con su correspondiente manifestación somática.
- Neuroplasticidad, capacidad del cerebro de modificarse mediante el aprendizaje
- Resonancia límbica, o trasmisión interpersonal de emociones
- Separación izquierdo/derecho en el cerebro: interacción entre lo racional (hemisferio izquierdo) y lo emocional (hemisferio derecho).
- El cerebro como órgano social y de relación.
- La formación de la voluntad, como fuente de cambio y de autonomía.
- La importancia de la atención, enfoque en el aquí y ahora.
- El diferente ritmo de desarrollo de las estructuras cerebrales que manejan las respuestas emocional y racional.
Lecciones aprendidas por el coach
- Entender la neurobiología de las emociones, y por tanto los fundamentos científicos de la Inteligencia Emocional y cómo desarrollarla.
- Reconocer la importancia de todas las emociones.
- Aplicarla al mundo de la empresa y organizaciones de todo tipo, en las que sus responsables creen que actúan exclusivamente con su parte racional.
- Entender cómo funciona el “triángulo de la vida mental”: Emoción/Pensamiento/Acción.
- Entender cómo se produce realmente la conexión o rapport entre coach y coachee.
- Entender cómo los diferentes enfoques psicológicos tienen el mismo objetivo de conocer mejor el comportamiento humano, y se confirman en mayor o menor medida con las aportaciones de la Neurociencia: “casi todos los caminos llevan a Roma”.
- Entender que la empresa es un ente microsocial; el cerebro es un órgano social y por tanto, el cerebro aplica en la empresa los principios generales de comportamiento social: (por ejemplo el cerebro procesa el dolor social por exclusión como procesa el dolor físico)
- Entender que se pueden entrenar y optimizar procesos cerebrales/cognitivos-emocionales como por ejemplo, la atención con mindfulness.
Aplicación práctica a un proceso de coaching
Todo lo aprendido es aplicable a un proceso de coaching, tanto a la relación coach/coachee, como al contenido de las sesiones.
Se ha insistido en que la construcción de la relación es más importante que el contenido. Hay estudios que concluyen que hasta un 70% del éxito de un proceso se debe a una relación adecuada. Para ello se destaca:
- Atención: escucha activa. Coach y coachee centrados en el aquí y ahora, incluso si se está tratando de algo pasado.
- Escuchar lo que se dice y lo que no se dice: lenguaje verbal y no verbal, omisiones, distorsiones. Todo tiene un significado y es síntoma de algo.
- Identificar la pérdida de foco en el momento presente (el coachee se pierde entre lamentos del pasado y preocupaciones del futuro): señalarlo e inducir la reflexión sobre ello.
En cuanto al contenido de las sesiones, el punto de partida es el objetivo del proceso que propone el coachee. No me detendré en cómo el objetivo real final suele ser diferente (no contrario), que se va dibujando después de que el coachee vaya reflexionando sobre él.
Si conviene detenerse en:
- El relato del coachee, su objetivo en el proceso, las creencias y las emociones subyacentes. Al principio es el relato. El coachee responde a la pregunta inicial “¿qué te ha traído hasta aquí?” con el relato más o menos detallado de su vida personal y profesional, y acaba manifestando lo que le gustaría conseguir del proceso de coaching.
- El objetivo se puede referir a cambio en comportamientos, resolución de dilemas, adaptación al cambio personal/organizacional, mejora de competencias, y un largo etcétera relacionado con su desempeño en la organización. Es el momento de relacionar la situación actual con la deseada, y orientar la conversación a que el coachee pueda identificar creencias ocultas (pensamiento) y emociones que le condicionan su comportamiento actual.
- En esta exploración se pueden emplear herramientas “de hemisferio derecho” para facilitar complementar. Estas herramientas utilizan imágenes, metáforas, ejercicios físicos, representaciones, ideas, que se procesan por el hemisferio derecho, y por tanto hacen conscientes respuestas emocionales inconscientes que de otra manera podrían ser censuradas por el hemisferio izquierdo racional como “no adecuadas”.
- Cómo manejar la respuesta emocional. Las emociones no se deben reprimir, sino manejar para utilizar la información que aportan, sin llegar a una reacción no deseada. Esto es la esencia de la modificación de hábitos o comportamientos arraigados profundamente que se activan con las emociones derivadas de determinadas situaciones. Pero ¿cómo lograrlo?, ¿cómo ayudar al coachee a que lo haga?
Mike Barkham, en su artículo “Taking a brain-wise approach to emotions”, publicado en el “Bulletin of the Association for Coaching”, nº 7, de 2012, http://www.associationforcoaching.com/media/uploads/publications/ACB1202.pdf recuerda que:
“Cuanto más intensa es nuestra respuesta emocional límbica a una situación, menos capaces somos de usar nuestro córtex prefrontal racional para pensar y actuar intencionalmente, por lo que caemos en nuestros esquemas habituales, casi siempre sin ser conscientes de ello. Las emociones más fuertes que nos hacen actuar así se derivan de amenazas percibidas, que pueden ser reales pero casi siempre se han creado falsamente por asociaciones inconscientes del pasado”
Para contrarrestarlo propone la siguiente secuencia:
- Etiquetar la emoción: nombrarla, reconocerla, asumirla. El reconocimiento crea distancia, la vemos “desde fuera” y eso reduce su intensidad de amenaza.
- Reencuadrarla: Mirarla desde otro punto de vista. Apreciar la información que puede proporcionar (p.e. el miedo es señal de peligro y facilita la huida). ¿Es real? ¿Responde a una amenaza tangible? ¿Me ayuda o me perjudica?
- Respirar hondo: Las emociones negativas nos hacen contener la respiración y hacerlo con inhalaciones breves y rápidas. Si deliberadamente respiramos con inhalaciones regulares, profundas, a ser posible desde el abdomen, se invierte el proceso de respuesta automática, y su intensidad disminuye.
La mayor dificultad de seguir este proceso estriba en que para que sea útil hay que ponerlo en marcha en cuanto se comienza a desencadenar la respuesta emocional, antes de que sea irreversible. Para ello hay que ejercitarse, subiendo la guardia en las situaciones en que suele darse esta respuesta.
Plan de acción:
La neuroplasticidad explica la posibilidad de cambiar determinados comportamientos, mediante la modificación de circuitos neurales. Esto requiere práctica repetitiva, lo que necesita además de la voluntad dirigida.
Más importante que el contenido del plan de acción, que no debería ser muy prolijo, es la aplicación disciplinada durante el tiempo necesario para la consolidación del cambio. El cambio es posible solo si se quiere, no basta desearlo.
Importante: el cerebro consolida aquello donde se orienta la atención: si nos orientamos al problema, consolidamos el problema; si orientamos al coachee a las soluciones, el cerebro comienza el camino de la búsqueda activa y exitosa de soluciones.
Después de este denso resumen iremos desgranando aspectos concretos con más detenimiento en futuras entradas.
Además del artículo citado son interesantes:
- Coaching with the brain in mind. David Rock. John Wiley and Sons. 2009
- A Brain-BasedApproach to Coaching. David Rock, Jeffrey Sachwartz. http://web.archive.org/web/20100414164238/http://www.workplacecoaching.com/pdf/CoachingTheBrainIJCO.pdf
- J. Davidson y las seis dimensiones del cerebro. La diferencia entre lo que somos y lo que podemos ser. http://www.elconfidencial.com/alma-corazon-vida/2012-05-28/la-diferencia-entre-lo-que-somos-y-lo-que-podemos-ser_501762/
- El perfil emocional de tu cerebro. Richard Davidson; Sharon Begley , Destino, 2012
por Manuel Nuevo Galeazo
23 sep 2015
Manuel Nuevo Galeazo
Socio en Leister ConsultoresMadrid y alrededores, España
Consultoría de estrategia y operaciones
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Fuente: EOI Escuela de Organización Industrial
Imagen: Sessao de coaching
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