2019-10-11

Pensamiento complejo: 3 componentes, 3 tipos de razonamiento y 4 ejemplos.

Pensamiento complejo: habilidades, concepto de Morin, ejemplos.

Por Alejandro Rodriguez Puerta 

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Pensamiento complejo: 3 componentes, 3 tipos de razonamiento y 4 ejemplos.

El pensamiento complejo es un conjunto de habilidades mentales que nos permiten realizar acciones avanzadas, como por ejemplo comprender conceptos, generar ideas originales, utilizar la lógica y descomponer problemas en sus partes más sencillas.
 
Se trata de un tipo de pensamiento fundamental para conseguir el éxito en muchas áreas distintas, y está muy relacionado con la inteligencia.

Las personas con una gran capacidad de desarrollar pensamiento complejo suelen ser buenas entendiendo las bases de distintas ideas y conceptos. También son capaces de encontrar la relación entre información proveniente de diferentes fuentes; y generalmente tienen buena imaginación, se les da bien crear y defender argumentos en base a la evidencia.

Por el contrario, las personas con dificultades en este área suelen tener problemas para entender nuevas ideas y conceptos sin ayuda o mucho esfuerzo. Además, generalmente les cuesta más «leer entre líneas» y realizar inferencias. Debido a ello, tienden a depender de sus conocimientos ya existentes en lugar de intentar desarrollar nuevas ideas o formas de pensamiento.

Sin embargo, al igual que ocurre en muchos otros ámbitos, el pensamiento complejo es algo que se puede entrenar. Por otro lado, factores como los conocimientos de cada persona sobre un área determinada, o su nivel de interés en la misma, pueden influir en gran medida en su capacidad para utilizar esta habilidad en ese ámbito.

Índice
1 Pensamiento complejo de Edgar Morin
2 Habilidades del pensamiento complejo
2.1 Razonamiento básico
2.2 Razonamiento crítico
2.3 Razonamiento creativo
3 Concepto de complejidad
4 Ejemplos de pensamiento complejo
5 Referencias

Pensamiento complejo de Edgar Morin


El concepto de pensamiento complejo fue descrito por primera vez por el filósofo y epistemólogo Edgar Morin.

Para este pensador, la capacidad para pensar de manera compleja tiene que ver con la habilidad para conectar distintos planos de la realidad entre sí. Debido a la cada vez mayor complejidad de nuestro entorno, se trata de una capacidad fundamental para desenvolvernos en él.

El concepto de pensamiento complejo se contrapone a la visión tradicional de los procesos de la mente como lineales y simples. Edgar Morin lo describió como una habilidad interdisciplinar, fundamental para todos los ámbitos en los que se necesita relacionar información aparentemente independiente o comprender y resolver problemas complejos.

Morin fue el primero en postular algunas de las características principales del pensamiento complejo. Las más importantes eran
  • la diáfora (por la cual la consistencia de un sistema de pensamiento aparece cuando se presenta una paradoja), 
  • la recursión (la posibilidad de cambiar el sistema mediante feedback), y 
  • la hologramia (la relación entre las partes con el todo).
Por lo tanto, el pensamiento complejo es una estrategia de pensamiento que trata de comprender un fenómeno muy amplio estudiando para ello sus componentes específicos. En función de lo descubierto a partir de estos componentes y de información externa, se cambia lo que se daba por sentado sobre el fenómeno en general.

Según Edgar Morin, el estudio del pensamiento complejo pertenece al campo de la epistemología; es decir, al área que estudia los métodos utilizados para realizar descubrimientos científicos.

Habilidades del pensamiento complejo


Utilizar correctamente el pensamiento complejo requiere del dominio de tres habilidades fundamentales: el razonamiento básico, el crítico y el creativo. A continuación veremos en qué consiste cada una de ellas. 

Razonamiento básico 


El razonamiento básico se basa en el conjunto de conocimientos e información que hemos adquirido a lo largo de nuestra vida, a través de las experiencias que hemos vivido, la cultura en la que estamos inmersos, nuestras creencias, las reglas sociales de nuestro entorno y los modelos en los que nos fijamos.

A partir de todos estos conocimientos, el razonamiento básico se encarga de realizar una serie de funciones sencillas que permiten manipularlos. Entre las más importantes están las de memorizar, recordar y aplicar de manera lineal todas aquellas ideas que se han adquirido previamente.

Además, el pensamiento básico también nos otorga la capacidad de metacognición; es decir, la habilidad para darnos cuenta de lo que sabemos y lo que no. Esto es muy importante para poder mejorar nuestros procesos de razonamiento y para adquirir nueva información en los momentos en que nos haga falta.

A pesar de que el razonamiento básico es el más sencillo de los tres tipos, está en la base del pensamiento complejo; y dominar sus componentes es fundamental para poder utilizar los otros dos tipos de razonamiento de forma efectiva.

Razonamiento crítico


La segunda habilidad que conforma el pensamiento complejo es el razonamiento crítico. Se trata de un conjunto de herramientas que, en lugar de servir para adquirir nuevos conocimientos como ocurre con el básico, se utilizan para reorganizar todas las ideas ya presentes en nuestra memoria.

Así, con el razonamiento crítico podemos replantearnos aquello que ya conocemos y encontrarle nuevas aplicaciones, de tal manera que nos sea más útil que simplemente manipulándolo en la forma en que lo memorizamos por primera vez. Se trata, por lo tanto, de un proceso más complejo y difícil de llevar a cabo que el razonamiento básico.

Pero, ¿cómo funciona el razonamiento crítico?

Sus principales funciones son analizar el conocimiento que ya hemos adquirido previamente, encontrando así patrones, descubriendo las ideas principales y clasificando la información; evaluar todo lo que hemos aprendido; y realizar conexiones entre los distintos datos que tenemos en la mente, utilizando para ello la lógica, la deducción y la inducción.

Razonamiento creativo


El último nivel del pensamiento complejo engloba todas aquellas habilidades que se utilizan para crear nuevos conocimientos a partir de todos los que se han adquirido previamente. Se trata de un conjunto de herramientas muy complicadas de utilizar, y que generalmente es necesario practicar antes de poder dominarlas por completo.

El razonamiento creativo parte de la base del conocimiento puro adquirido mediante el pensamiento básico, o el que hemos reorganizado con el crítico. A partir de aquí, se utilizan habilidades como la sintetización, la elaboración, la creatividad o la imaginación para desarrollar nuevas ideas, formas de pensar y conceptos.

Todos los conocimientos creados a partir del razonamiento creativo deben ser evaluados más tarde mediante el crítico. Además, se ha descubierto que para desarrollar este tercer nivel es necesario tener un gran dominio de los otros dos. Muchos expertos están de acuerdo en que estas habilidades son las que conforman realmente el pensamiento complejo.

Concepto de complejidad


El concepto de complejidad como se entiende hoy en día fue desarrollado por Edgar Morin en su estudio de la epistemología y la racionalidad. Según este autor, se trata de la idea de que todos los elementos del mundo están interrelacionados, y por lo tanto son parte de sistemas mayores que ellos mismos en lugar de tratarse de objetos aislados.

La complejidad radica en que ningún elemento de la realidad puede estudiarse como un ente individual, sino que tiene que comprenderse en función de sus relaciones con el entorno en que se encuentra y con el resto de elementos que componen un conjunto.

Para Morin, darnos cuenta de la existencia de estas relaciones y de la complejidad de nuestro entorno puede suponer un gran cambio de paradigma.

Generalmente tendemos a centrarnos en lo concreto e inmediatamente observable; pero según su teoría de la complejidad, esto realmente no nos estaría ayudando a entender el mundo que nos rodea en su totalidad.

Esta idea de la complejidad de nuestro entorno llevó a Morin a plantear un nuevo modelo de educación, que se centrara en enseñar a pensar a los alumnos en lugar de simplemente proporcionarles una serie de datos para memorizar.

Es decir, en lugar de centrarse en el razonamiento básico, su propuesta era intentar enseñar a los alumnos habilidades de pensamiento crítico y creativo.

Más adelante, se ha descubierto que ser consciente de la complejidad de todos los fenómenos que nos rodean es muy útil a la hora de realizar ciertas acciones, como por ejemplo crear algo nuevo, pensar de manera racional o adquirir nuevas habilidades.

Ejemplos de pensamiento complejo


El concepto de pensamiento complejo puede ser algo complicado de entender de manera abstracta. Por eso, a continuación encontrarás una lista de ejemplos en los que se utiliza esta habilidad para conseguir distintos fines.

Una persona intenta entender las necesidades de un amigo, que está comportándose de manera especialmente agresiva. En lugar de enfadarse y alejarse de él, el individuo trata de comprender qué puede haber detrás y qué sentimientos están llevándole a actuar así.

El jefe de una empresa tiene que resolver un conflicto entre dos empleados. Para ello, debe escuchar el punto de vista de ambos, tratar de encontrar los puntos en común, y decidir si hay alguna solución que pueda satisfacerles a los dos.

Un equipo de científicos está desarrollando un proyecto conjunto que servirá para hacer avanzar una de las principales teorías del campo de la física. Para ello, sus componentes no solo tienen que estudiar toda la información ya disponible, sino que tienen que formular hipótesis nuevas y desarrollar pruebas para comprobarlas.

Un escritor de ficción tiene que organizar sus ideas para crear la trama de una historia. Para ello, tiene que tener en cuenta las personalidades de sus diferentes personajes, sus motivaciones y la forma en que más probablemente actuarán.  
 

Referencias

  1. “Complex thinking” en: Faces of Learning. Recuperado en: 08 Octubre 2019 de Faces of Learning: facesoflearning.net.
  2. “The 7 key messages of complex thinking” en: Maximulation. Recuperado en: 08 Octubre 2019 de Maximulation: maximulation.com.
  3. “Edgar Morin: In praise of complex thought” en: CNRS News. Recuperado en: 08 Octubre 2019 de CNRS News: news.cnrs.fr.
  4. “Habilidades para el pensamiento complejo” en: Desarrollo de habilidades para el pensamiento complejo. Recuperado en: 08 Octubre 2019 de Desarrollo de habilidades para el pensamiento complejo: dhpcfiqbuap.blogspot.com.
  5. “Complex thinking” en: Possibilities for Learning. Recuperado en: 08 Octubre 2019 de Possibilities for Learning: possibilitiesforlearning.com. 

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Alejandro Rodríguez Puerta es un psicólogo y coach titulado por la Universidad Autónoma de Madrid, que compatibiliza su trabajo en el campo de la salud mental humana con sus labores como escritor y divulgador. Actualmente colabora con varias páginas de psicología y salud, hablando sobre distintos temas relacionados con el bienestar de las personas.
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