2016-08-30

Psicología: Cómo tus quejas perjudican el funcionamiento del cerebro.

Las quejas son un veneno para tu cerebro.  

Por Jennifer Delgado. 

Rincón de la Psicología.  


power-of-complaining.jpg
Psicología: Cómo tus quejas perjudican el funcionamiento del cerebro

¿Por qué las personas se quejan? Sin duda, no es para torturar a los demás con su negatividad, como muchos podrían pensar. La mayoría de las personas se quejan porque al exteriorizar sus emociones y pensamientos se sienten mejor, o al menos eso creen.


Sin embargo, la ciencia señala que en realidad andan desencaminadas. Quejarnos no nos hace bien, expresar esa negatividad puede hacer que nos sintamos peor. Ventilar las emociones puede parecer una buena idea pero a la larga no lo es, tanto para la persona que se queja como para quien le escucha.

El problema se encuentra en el cerebro. Quejarse altera nuestras redes neuronales y puede tener serias repercusiones para nuestra salud mental. De hecho, algunos neurocientíficos han llegado a afirmar que las quejas pueden matarnos, literalmente.

Las quejas consolidan las sinapsis de la negatividad


Ahora mismo en nuestro cerebro se están produciendo muchísimas sinapsis. Cuando pensamos en algo, una neurona libera una serie de neurotransmisores, a través de los cuales se comunica con otra neurona y establece una especie de puente a través del cual pasa una señal eléctrica. De esta forma se transmite la información en el cerebro.

Lo interesante es que cada vez que se produce una sinapsis, ese camino se consolida. De esta forma se crean auténticas autopistas neuronales en nuestro cerebro, las cuales nos permiten, por ejemplo, conducir de manera automática o caminar sin tener que pensar en cómo movemos los pies.

Estos circuitos no son estáticos, en función de la práctica pueden cambiar, debilitarse o consolidarse. Obviamente, mientras más sólida sea esa conexión, más rápido se transmitirá la información y más eficientes seremos realizando esa actividad.

El problema es que cuando nos quejamos y nos llenamos de pensamientos negativos, estaremos potenciando precisamente esas redes neuronales, alimentando la negatividad que da lugar a la depresión. Mientras más nos quejemos, más negro veremos el mundo, porque son precisamente esos caminos neuronales los que estamos potenciando, en detrimento de otros, mucho más positivos y beneficiosos para nuestra salud emocional.

De hecho, investigadores de la Universidad de Yale han apreciado que en las personas sometidas a un gran estrés o que padecen depresión, ocurre una desregulación de las sinapsis y se produce una atrofia neuronal. En el cerebro de estas personas aumenta la producción de un factor de transcripción denominado GATA1, que disminuye el tamaño, las proyecciones y la complejidad de las dendritas, las cuales son esenciales para transmitir los mensajes de una neurona a otra.

Eres el reflejo de quienes te rodean


Las quejas no solo afectan las conexiones neuronales de la persona que se lamenta sino también de quienes están a su alrededor. De hecho, es probable que después de haber escuchado a un amigo quejarse durante varias horas, te sientas como si te hubiesen drenado, como si te hubieran robado la energía. Es probable que en ese momento también tengas una visión un poco más pesimista del mundo.

Esto se debe a que nuestro cerebro está programado para la empatía. Las neuronas espejo se encargan de que podamos experimentar las mismas sensaciones que la persona que tenemos delante, ya sea alegría, tristeza o ira. Nuestro cerebro intenta imaginar qué siente y piensa esa persona, para poder actuar en consecuencia y modular nuestro comportamiento.

En esos casos, la empatía se convierte en un arma de doble filo que blandimos contra nosotros mismos ya que cuando escuchamos a una persona lamentarse, en nuestro cerebro se liberarán los mismos neurotransmisores que en el suyo. De esta forma, terminamos siendo prisioneros de sus quejas.

El cerebro, un puesto de mando que controla el cuerpo


Las quejas consolidan las sinapsis “negativas” en el cerebro y estas tienen un gran impacto en nuestra salud. Cuando alimentamos la tristeza, el resentimiento, la rabia, el odio y la ira, todas esas emociones se reflejan en nuestro cuerpo. De hecho, hace poco un grupo de investigadores de la Universidad de Aalto realizaron un mapa corporal de las emociones, en el cual se puede apreciar cómo estas se reflejan en zonas específicas.


Además, no debemos olvidar que detrás de esos sentimientos y emociones negativas suele esconderse el cortisol, un neurotransmisor que también actúa como hormona cuyos niveles elevados se han vinculado con un sistema inmunitario deprimido, el aumento de la presión arterial y un mayor riesgo de desarrollar enfermedades como el cáncer y los trastornos cardiovasculares. El cortisol también daña la memoria, aumenta el riesgo de sufrir depresión y ansiedad y, por supuesto, acorta la esperanza de vida.

No hay leones vegetarianos


Vale aclarar que no se trata de que no podamos quejarnos ni de que tengamos que reprimir nuestras emociones y sentimientos. De hecho, en algunas ocasiones quejarse puede ser extremadamente liberador. Sin embargo, debemos asegurarnos de que no se convierta en un hábito y, sobre todo, de que a las palabras le sigan las acciones.

Por eso, la próxima vez que acuda una queja a tu mente, recuerda que “los leones no son vegetarianos”. Esto significa que, por mucho que te quejes, no van a cambiar su dieta. Si quieres cambiar algo y no convertirte en su cena, será mejor que busques otras estrategias.

En otras palabras: el universo es caótico, a veces pasan cosas malas e impredecibles sobre las que no tenemos ningún control. Podemos sentarnos a lamentarnos o, al contrario, podemos asumir una actitud proactiva y preguntarnos qué podemos hacer para lidiar de la mejor manera posible con los problemas y, de ser posible, aprender de ellos. La decisión está en nuestras manos.

Fuentes:

  • Duman, R. S. (2014) Pathophysiology of depression and innovative treatments: remodeling glutamatergic synaptic connections. Dialogues Clin Neurosci; 16(1): 11–27.
  • Nummenmaaa, L. et. Al. (2014) Bodily maps of emotions. PNAS; 111(2): 646-651.
  • Duman, R. S. (2012) Decreased expression of synapse-related genes and loss of synapses in major depressive disorder. Nature Medicine; 18: 1413–1417.
  • Christoffel, D. J. et. Al. (2011) Structural and synaptic plasticity in stress-related disorders. Pathophysiology of depression and innovative treatments: remodeling glutamatergic synaptic connections. Rev Neurosci; 22(5): 535-549.
  • Schoorlemmer, R. M. et. Al. (2009) Relationships between cortisol level, mortality and chronic diseases in older persons. Clin Endocrinol; 71(6): 779-786.

Jennifer Delgado
Rincón de la Psicología ~ 10:00
23/08/2016

Jennifer Delgado Suárez:

Psicóloga de profesión, durante cinco años me dediqué a la docencia universitaria y la investigación en la UCf. Ahora me dedico a la “docencia del alma”. En 2009 creé el "Rincón de la Psicología", un espacio plural donde intento aplicar los estudios psicológicos a la vida cotidiana. Desde entonces hilvano palabras lo mejor que puedo para despertar curiosidad, motivar la reflexión y, con un poco de suerte, lograr que la vida de las personas que me leen sea un poquito mejor.
Soy psicóloga, no solo por profesión sino por pasión. Durante varios años he estado investigando, enseñando y escribiendo artículos para revistas científicas especializadas en Salud y Psicología.
Psicóloga especializada en Psicopedagogía. Arrecife y alrededores, España.
Enseñanza superior.
Actual: Intextos.
Anterior: Universidad de Cienfuegos.
Educación: UCLV
https://es.linkedin.com/in/jennifer-delgado-suárez-31887118/es

Licencia del contenido:

rinconpsicologia.com se encuentra bajo Licencia Creative Commons, Reconocimiento-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España (CC BY-NC-SA 3.0 ES). Dicha licencia permite la utilización de los contenidos (textos) con fines no comerciales, exigiendo sólo la atribución al autor con un enlace directo hacia la entrada original.

------------------------

Fuente: Rincón de la Psicología

Imagen: Power of complaining


De la misma autora:

Jennifer Delgado:

Artículos relacionados:

 

No hay comentarios: