2018-05-14

El mundo en primera persona. Cómo no “secuestrar” una conversación.

El mundo en primera persona.  

Por David Barreda. 

Procesos y Aprendizaje.

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El mundo en primera persona. Cómo no “secuestrar” una conversación

A estas alturas, si conoces algo de Marca Personal deberías saber (como nos ha explicado una y mil veces Andrés Pérez Ortega), que la Marca Personal no se tiene, se deja, y que ésta es, en definitiva, la consecuencia de tu manera de hacer las cosasla consecuencia de tu manera de SER.


#citaciega
“…decía que escuchaba muy bien,
pero solo se oían sus palabras,
(y no podría recordar que fue lo último que dijo su interlocutor)…”
‘El vendedor implacable’, de Fátima M. Roldán

Siempre he dicho que una de las cosas que más me fascina en el tema de la Marca Personal es que uno no es dueño de su resultado, y es que, el resultado de la Marca Personal no es más que un juego de percepciones que los demás tienen sobre ti y que les puede llevar a tomar una u otra decisión al respecto:

  • tenerte como referente para algún tema personal o profesional,
  • contar contigo para algo,
  • no contar contigo para nada,
  • contratarte, despedirte,
  • encontrar en ti la seguridad que necesitan para algo,
  • cruzarse de acera cuando te vean,…

…en fin, que por muy consciente que haya sido tu proceso de Personal Branding para posicionarte en un sentido u otro, todas estas cosas no las terminas decidiendo tú… las terminan decidiendo los demás.

Conversaciones


Así, uno de los contextos en los que más Marca Personal se genera es en las conversaciones. Lógico. Una conversación es un tipo de relación que se basa en la comunicación, en la expresión directa de palabras, gestos y expresiones emocionales que permite el intercambio de conocimientos y experiencias entre dos o más personas.
Ese intercambio no solo tiene que ver con lo que se dice, sino con cómo se dice.

Así, bien podemos estar hablando de las ‘ensaladas de frutas’ que el resultado de la conversación puede ser perfectamente que te parezco un auténtico gilipollas… más allá de lo que se hayamos estado diciendo sobre ‘las ensaladas de fruta’… la cuestión es que por el discurrir de la conversación, lo importante y lo que quedará, será que te parezco un gilipollas…

Una conversación crea una realidad de ti, conformada por lo que dices, cómo lo dices, desde dónde lo dices y hacia dónde lo orientas. Nuestra forma de conversar suele ser una especie de retrato de lo que somos.

Y luego, después de una conversación, siempre quedan las percepciones de los unos sobre los otros, lo que nos ha parecido esa persona, si nos cae bien o nos cae mal, si conectamos con ella o no, si nos aporta valor o nos quita energía. Una conversación es un universo social fascinante.

El secuestro


Una de las amenazas más potentes que se pueden apreciar en una conversación es la tendencia al secuestro. Esto ocurre cuando una de las partes está continuamente desplazando la conversación hacia sí misma. No entro en que esto se haga con mayor o menor intencionalidad, la cuestión es que una de las partes solo conversa “en primera persona”.

Así, si cuentas que mañanas vas a estar en Pekín… la otra persona contestará que tiene que estar en Japón… y si dices que conoces a Manolito, la otra parte te dirá que también lo conoce, o ha escuchado hablar de él, o conoce a algún familiar o vecino de Manolito… o te hablará de alguien parecido a Manolito… y si le cuentas que has metido un gol, esa persona te responderá que encestó una canasta… incluso si le dices que te estás muriendo, te dirá cómo tienes que hacerlo…

…es agotador… sobre todo cuando este secuestro se ejecuta con “anticipación” y alevosía. Me refiero cuando el secuestrador actúa con impunidad, anticipándose continuamente sin dejar el mínimo espacio a su interlocutor… cortando las frases del otro, o acabándolas según su parecer. Es cuando sientes que no tienes espacio.

Una situación especialmente dramática, o cómica (según se mire), es cuando ambas partes tratan de secuestrar la conversación… hablando cada uno ‘de lo suyo’, más allá de lo que dice la otra parte. Pero eso, mejor, lo dejamos para otro día.

Reincidente


Sé que he escrito sobre este tema en más de una ocasión. Te dejo a mano algunos posts al respecto:
entre otros… y que me acuerde ahora…

…pero, quizás por mi trabajo, una de las cuestiones que más me llaman la atención (y me entristecen) en las relaciones humanas es la tendencia recurrente a hablar en primera persona y a “contar la visión propia” sobre todas las cosas… o dicho de forma más sencilla, la falta de escucha y atención.

Cuando vives el mundo en primera persona te pierdes el mundo. Cuando hablas en primera persona desconectas del otro, que simplemente es un instrumento que te sirve de frontón para tus propias palabras. Incluso puedes creer que estás escuchando, pero ya no te acuerdas de cómo suena la voz del otro… o lo más importante, serías incapaz de hacer una síntesis del punto de vista ajeno porque no lo conoces… solo lo intuyes.

Cuando hablas con alguien que vive en primera persona te deja sin espacio, y cuando no tienes espacio te cuesta respirar, te asfixias.

Nos asfixiamos. De hecho, creo que vivimos en mundo en el que nos asfixiamos con demasiada frecuencia, agotando el aire que nos rodea. Como si hubiera prisa en hablarlo todo… como si pesara más la cantidad de todo lo que se suelta que la calidad de lo que está llegando, sus efectos y sus resultados.

¿Y qué tiene que ver esto con la Marca Personal?


… todo. Tu manera de conversar modela la percepción que los demás generan sobre ti, y además, de una forma muy potente. Invisible y efectiva.

Obsérvate. Entrena. Haz este ejercicio consciente durante un par de días. Pon tu atención en tu manera de comunicarte.
  • ¿Qué espacio ocupas en la conversación?
  • ¿Qué espacio ocupa la otra persona?
  • ¿Dejas huecos?
  • ¿Desde dónde escuchas, desde ti o desde la experiencia del otro?

Recuerda que a las personas nos gusta ser tenidas en cuenta, y que la otra persona solo conectará contigo si se siente ‘tenida en cuenta’ por ti. Si, por el contrario, generas invisibilidad en el otro, la persona desconectará, incluso podrá fingir una escucha, por cortesía o porque no le queda más remedio… pero tendrá la cabeza y el espíritu en otro sitio.

Cuando escuchas a la otra persona, la otra persona se siente tenida en cuenta y le das seguridad, siente que contigo no tiene que luchar por el espacio que necesita para ser y decir. Se siente segura, y cuando damos seguridad generamos confianza.

Y la confianza es ingrediente esencial de la ‘credibilidad personal’… que es la llave para ser elegido, como opción preferente, en un determinado contexto… o en otras palabras, para generar una fuerte y positiva Marca Personal.

Escucha. No interrumpas. No contestes siempre con autorreferencias. No lo tienes que decir todo. No tienes que demostrar nada. En una conversación valiosa hay sitio para todos.

Por David Barreda 
16 abril, 2018

David Barreda Carrillo

Formador, Coach, facilitador de procesos de desarrollo personal para el empleo y marca personal. Procesos de Inteligencia Emocional colectiva.
 Huelva y alrededores, España.
 Formación profesional y capacitación.
Actual: Procesos y Aprendizaje.
Anterior: EMCOFEANTRAN, Centro de Estudios Academo, Centro de Formación del Profesorado_Huelva-Isla Cristina.
Educación: Universidad de Huelva.
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Fuente: Procesos y Aprendizaje

Imagen: Boring conversations notes


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