Desarrollo personal: Siete conceptos científicos para pensar mejor.
Por Dolors Reig.
El caparazón
Desarrollo personal: Siete conceptos científicos para pensar mejor |
Tips científicos para pensar mejor (1)
Inicio con este una serie de entradas sobre algo que me preocupa especialmente desde hace un tiempo. La inquietud se ha avivado durante los últimos días, especialmente ricos en exposición a falacias de muy diversos tipos (el debate anoche sobre educación en televisión fue prolífico al respecto…)Estudié una psicología especialmente vinculada con la filosofía, teniendo la suerte así de decidir parte de la que todavía considero mi formación básica en la universidad de Barcelona al estudio de una lógica que se completaría después con el de los muchos sesgos cognitivos que nos acechan.
He estado refrescando todo lo anterior durante los últimos tiempos: Blink sobre la intuición y sus mitos o The Tipping point como aperitivos ligeros y Thinking fast and slow como lectura mucho más elaborada sobre las trampas de nuestro pensamiento o Everything is obvious one you know the answer, de Duncan Watts, que desmiente la conveniencia de utilizar un sentido común que no parece demasiado certero.
Muchas de las ideas que recogen están en el libro que publica cada año el editor de Edge John Brockman y que consiste en la realización de una misma idea, la de preguntar a grandes pensadores sobre algún aspecto de interés. En 2010 preguntaba si internet estaba cambiando la forma en que pensamos, mientras que en 2011 la pregunta es “¿Qué concepto científico nos ayudará a mejorar nuestro equipamiento cognitivo?”
El libro es This Will Make You Smarter: New Scientific Concepts to Improve Your Thinking (el texto completo con todas las respuestas está disponible online) y constituye una antología de 151 aspectos a tener en cuenta si queremos lo que comentábamos, aprender a pensar mejor y a la vez, a detectar el pensamiento erróneo en los que nos rodean.
En tiempos de sobreabundancia informativa ambos aspectos parecen esenciales, así que dedicaremos algunas entradas a destacar los ejemplos que me han parecido más relevantes:
1. Reconocer la Importancia de nuestros límites:
David Eagleman explora el concepto de “the umwelt”, del biólogo Jakob von Uexküll en 1909. La idea es que distintos animales en el mismo ecosistema eligen distintos elementos de su ambiente y por tanto viven en distintas microrealidades basadas en el mundo que son capaces de detectar. No vive, obviamente, del mismo modo un murciélago que un perro en el mismo ecosistema.
Eagleman destaca la importancia de reconocer nuestro propio “umwelt”, de darnos cuenta de los límites de nuestra percepción de la realidad y reconocer que nuestro mundo no tiene porqué ser el único posible. Lo he utilizado como respuesta en alguna charla ante las resistencias excesivas a internet, derivadas en ocasiones de que no se ha pasado el tiempo suficiente como para poder juzgar sus cualidades.
Sirve también para reconocer que no existe una única vivencia de la red y que distintos colectivos conocen facetas totalmente distintas de un mismo lugar.
El tema me ha recordado también al del sentido común, que tomamos como cierto cuando está totalmente mediatizado por cuestiones como la cultura.
2. Ilusión de enfoque:
En el caso de Daniel Kahneman, autor de uno de los libros con los que empezábamos, contempla en el libro la ilusión de foco, la tendencia a juzgar de forma errónea el impacto de ciertas circunstancias en nuestro bienestar.
Se explota desde el marketing y consiste en que cuando inducimos a la gente a creer que deben tener cualquier bien de consumo, se exagera la diferencia que el bien en cuestión tendrá en nuestra calidad de vida: no seremos nadie si no compramos ese coche, si no bebemos esa bebida.
El efecto es distinto entre tipos de objetos, dependiendo de la medida en que atraen nuestra atención durante periodos continuos en el tiempo. Así, propone Kahneman, la ilusión de foco es más probable en el caso de los asientos de piel para un coche que para los audiolibros, por ejemplo.
Los políticos son especialistas en el tema de exagerar la importancia de cuestiones en las que enfocan nuestra atención. Los uniformes escolares, por ejemplo, pueden mejorar el rendimiento en las escuelas, se ha dicho en ocasiones. O que determinadas reformas, educativas, sanitarias, etc. pueden mejorar de forma radical la calidad de vida de los países en los que se proponen Seguro que son cuestiones importantes, dice Kahneman, pero la diferencia será más pequeña de lo que parece cuando se enfoca nuestra atención en ese tipo de cuestiones.
En fin… seguimos pronto con más sesgos y precauciones, pero antes quiero recordar y recordarme a mi misma que todo ello no sirva para convertirnos en seres insoportables al quite de cualquier fallo en los demás.
Teniendo en cuenta uno de los sesgos más frecuentes, el llamado Error fundamental de atribución, por el que tendemos a atribuir a los demás culpas internas (Juan ha suspendido) y a eludir en nosotros mismos cualquier tipo de responsabilidad (a mi “me han” suspendido), sería fácil que solamente aprendiésemos la mitad de la decena de lecciones que nos vienen.
Consejos científicos para pensar mejor (2)
Seguimos con la serie que empezábamos el otro día sobre sesgos, distorsiones cognitivas que todos cometemos pero que, conocidos/as, pueden ayudarnos a pensar o vivir mejor. El hilo conductor sigue siendo el estudio en Edge del que hablábamos hace un par de días, en el que varios expertos alrededor del mundo opinan en la materia:
3. Positividad:
En el caso del psicólogo Martin Seligman, padre de la psicología positiva, escribe sobre los cinco pilares del bienestar (Emoción positiva, Implicación, Relaciones positivas, Significado, propósito y logro), recordándonos que reducir la pobreza, la enfermedad, la depresión, la agresión, la ignorancia, son solamente la mitad de la tarea y que la ciencia y las políticas públicas, que se han centrado tradicionalmente solamente en remediar las condiciones negativas, son insuficientes.
En lo personal no basta con reducir la depresión, la ansiedad, el dolor sino que habrá que trabajar positivamente, también, en construir la PERMA.
Siguiendo con Seligman existen 3 tipos de felicidad:
- Una es la emoción positiva, reconocible, la risa, el bienestar emocional, el placer aparentemente momentáneo.
- El segundo es el flujo, aquél que conocemos de Mihalyi Csikszentmihalyi y que es capaz de otorgar felicidad cuando lo relatamos a posteriori, sin que seamos conscientes de ella mientras transitamos ese especial estado.
- El tercero es la significación. Ésta es, tradicionalmente, la más venerada de las felicidades, la que citan Himanen como recompensa máxima de su tipo especial de Hacker intelectual y aquí decimos siempre que constituye el secreto del éxito de la web social: la realización, la significación que consiste en conocer nuestras fortalezas, en utilizarlas para “pertenecer a” y “en servicio de” algo más grande que nosotros mismos.
Y en torno a los temas que tratamos en el blog, al cambio hacia las TEP, la sociedad aumentada que vivimos, como decíamos en un amplio post que dedicamos al tema:
…un motivo para el optimismo está en la tecnología, los social media que posibilitan la explosión creativa que vivimos. Expresiones de la significación que perseguimos como humanos y humanidad, las tecnologías serán buenas si pueden dirigirse hacia el aumento de la emoción positiva, la significación, el flujo y el resto de los matices que hemos ido aportando.
Quizás en clave educativa esos sean los motivos, el sentido de acompañar, educar, la que sigo pensando fundamental: la participación. Formas creativas y significativas de participación desde las escuelas y hasta cualquier edad son capaces de hacer no sólo que aprendamos mejor, de forma más significativa, sino que seamos mucho más felices.
4. Estudiar las equivocaciones:
Kathryn Schulz estudia la psicología del error, del arrepentimiento, desde un punto de vista optimista, viendo el error como eslabón necesario hacia el acierto. Es imprescindible, como también observa Carlo Rovelli en la obra de Edge, aceptar la incertidumbre como parte de nuestro crecimiento intelectual. Sus argumentos, que nos hablan de aprender de los errores, de flexibilidad para cambiar según sus lecciones, me resultan, tremendamente actuales.
Como recordaréis de una presentación reciente, que por cierto ya está en el canal de El caparazón en Youtube, estamos de enhorabuena los que toleramos e incluso nos sentimos cómodos entre matices e incertidumbres más que entre dogmas y certezas.
Conceptos científicos para pensar mejor (3)
Continuando con nuestra particular serie de errores cognitivos y precauciones para pensar mejor, dejo hoy tres ejemplos que nos van aproximando a los que serán los finales, cada vez más vinculados a la experiencia de uso de internet, la sociedad red y la sociabilidad aumentada.
5. El de la Superveniencia de Joshua Greene resulta un concepto interesante:
Imaginemos el dibujo de un perro en una pantalla de ordenador. Podemos describirlo como el dibujo de un perro pero a un nivel distinto también podemos verlo como un grupo de pixels y colores. El tema ayuda a explicar cosas como la relación entre la ciencia y las humanidades, como por ejemplo cuando los humanistas temen que la ciencia esté explicando cosas que antes eran de su incumbencia.
Están equivocándose y la cuestión es que los nuevos descubrimientos sobre el cerebro no explican cosas relativas a la mente. Las humanidades pueden ser informadas por la ciencia cognitiva (o por los usos tecnológicos, añadiría), a pesar de que las primeras las “supervienen”.
Ni ciencia ni la tecnología que añado, como suelo recordar en charlas, sustituyen los valores que debemos seguir pensando. Las mismas tecnologías que posibilitaron unas riots británicas que homenajeaban al consumismo servían en nuestras fronteras para organizar movimientos de protesta en pro de una democracia más participativa. Es evidentemente la apropiación, cargada de valores culturales, la que importa.
6. Emergencia:
Nuestras vidas pueden mejorar mucho si entendemos los problemas, no como compuestos de distintas partes sino en interacción constante entre las mismas. Los patrones de interacción producen un nuevo elemento que es más grande que al suma de sus partes y que influye de arriba abajo en los elementos constituyentes.
La cultura es un sistema emergente en el que un grupo de personas establece un patrón de interacción. Una vez que esa cultura existe influye cómo se comportan los individuos. También lo son la economía, la política, etc.
Los sistemas emergentes se comportan desde sus elementos al todo y desde el todo a sus elementos, de abajo arriba y de arriba abajo de forma simultánea. No hay causas individuales para cosas como la pobreza o el extremismo islámico, así que la mejor forma de comprenderlos es pensar de forma emergente (o como decíamos cuando estudiaba psicología, de forma sistémica).
Hay mucho de nueva inteligencia, de la intuición digital sobre la que ando investigando. Refleja bien el vídeo cómo avanzamos hacia un mundo cada vez más complejo, más entrópico, desordenado, caótico. La parte positiva está en que cada día todo es más medible también, en que parece que la evolución, nuestra inteligencia y la inteligencia colectiva que veremos en el punto siguiente aliviaran la complejidad para convertirla en nuevos órdenes…
Lo encontraba esta mañana y me ha parecido interesante para completar este aspecto:
“Cada diferencia entre el pasado y el futuro puede cifrarse en el hecho de que la entropía crece desde el pasado, es la segunda ley de la termodinámica: el universo fue un lugar más ordenado y se está volviendo más desordenado con el tiempo”.
7. Inteligencia conectiva, inteligencia colectiva, cooperación:
Autores como Matt Ridley, de “Optimismo racional” nos recuerdan la idea que también nos explicaba Steven Johnson de la inteligencia como fenómeno que también se beneficia de la red.
Lleva al extremos el tema Roger Highfield, que presenta la cooperación como el tercer principio básico de la evolución, junto a la mutación y la selección natural. También en Supercooperators aparece esta interesante idea, que podríamos resumir como la tendencia a pensar mejor si lo hacemos juntos.
Esta y otras competencias estarán entre las que creo básicas para la era digital. Las hemos visto al hablar del trabajador conectado del siglo XXI y seguiremos con ellas en el próximo y último post de la serie.
Dolors Reig
19, 21 y 27 de febrero de 2012
Dolors Reig
Conferenciante, Profesora, Blogger, psicóloga social, CEO El caparazón, Responsable Innovación elearning INESDIAcademia El caparazon (Social media avanzado, psicología)
Universitat de Barcelona
Barcelona y alrededores, España.
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Licencia:
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Fuente: El caparazón
http://www.dreig.eu/caparazon/2012/02/19/conceptos-cientficos-cognicion/http://www.dreig.eu/caparazon/2012/02/21/tips-cientficos-pensar-mejor-2/
http://www.dreig.eu/caparazon/2012/02/27/conceptos-cientficos-pensar-mejor-3/
Imagen: Scientific thinking
De la misma autora:
Dolors Reig:- - Desarrollo personal: Siete conceptos científicos para pensar mejor
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