¿Sufres el síndrome del impostor?
Por María C. Melero.AntesalaRRHH.
Síndrome del impostor: Sus 4 causas externas y 8 formas de superarlas |
¿Alguna vez has ido a trabajar pensando que eres un fracaso? ¿A veces piensas que eres un fraude de tu propio yo? ¿Tienes miedo de que alguien se dé cuenta de que no sabes lo que dices saber?
Si tus respuestas son afirmativas, podrías padecer lo que se conoce como el síndrome del impostor.
Esta patología, también denominada síndrome del fraude, afecta a un número de personas mayor de lo que creemos. Es un trastorno psicológico, por el cual los individuos, no son capaces de aceptar como propios los logros obtenidos en su vida, derivados de su esfuerzo y capacidad, sino que los asocian a factores externos como la suerte y la providencia.
Curiosamente este trastorno, suele ser más común, en aquellas personas exitosas, que han triunfado en la vida u ocupan puestos de alta responsabilidad. Algunos expertos lo asocian al perfeccionismo, del que son más protagonistas las mujeres que los hombres.
La tendencia a minimizar y subestimar el éxito, es significativa en quienes padecen este síndrome. Las personas inseguras son más susceptibles de sufrirlo, ya que no valoran suficientemente sus capacidades, ni las hacen valer ante los demás.
Sentirse permanentemente "a prueba", no parecer nunca lo suficientemente bueno, y estar sometido a este diálogo interno tan dañino, provoca que muchas personas abandonen sus puestos o rechacen promociones, por el temor a ser descubiertos en su falsa "falta de valía".
El síndrome del impostor, puede llegar a causar un efecto realmente nocivo en la carrera profesional del que lo padece, ya que al estar autoconvencido de no estar a la altura de las circunstancias, se torna difícil el desarrollo de la asertividad, tendiendo su actitud hacia una posición pasiva, más que proactiva, o por el contrario, correr riesgos absolutamente innecesarios.
¿Que razones llevan a padecer este trastorno?
Todos somos susceptibles de padecerlo en algún momento de nuestra vida, de hecho, diversos estudios apuntan a que el 70% de la población, ha experimentado síntomas en algún momento de su vida.
Si nos ceñimos al terreno profesional, existen determinadas circunstancias que pueden despertar este sentimiento de incapacidad, como la promoción profesional o el acceso a una nueva responsabilidad, ello hace que el individuo se sienta incapaz, no merecedor de lo que le acontece, que siendo muchas veces favorable para él, lo convierte en una auténtica traición a su propia persona, entrando en el convencimiento de ser una fraude para sí mismo y para los demás.
Las personas que lo padecen siempre alinean su mente hacia el pensamiento de que cualquiera haría mejor su trabajo, entrando en una espiral de temor a no estar a la altura, creyendo incluso, que los demás descubrirán tarde o temprano el fraude de su propia capacidad.
Curiosamente, son las mujeres las que muestran un mayor rechazo a las demostraciones de éxito, que encauzan hacia la frustración y el sentimiento de inferioridad ante los demás.
Existen varios motivos que pueden desencadenar este trastorno, destacando como principales, la baja autoestima y la inseguridad en uno mismo, aunque también puede ser alimentado por otras causas como:
- Entornos familiares poco amables, aquellos donde no se haya desarrollado suficientemente la autosuficiencia, familias donde se ejerce demasiada exigencia, o por el contrario, una sobreprotección hacia el niño.
- Percepción distorsionada del éxito, la valía y el fracaso. Ser demasiado exigente consigo mismo y anhelar objetivos difícilmente alcanzables, hace que la realidad se distorsione.
- Presión social. En el caso de las mujeres, la sociedad impone unos cánones de perfección, que deben compaginar con su función de madres, algo ciertamente injusto, y además inalcanzable en la mayoría de los casos.
- La diferencia salarial de género o brecha salarial, existente en casi todos los sectores empresariales, hace que parezca más válido el mismo trabajo hecho por un hombre que por una mujer.
El poder, el éxito, o la fama, son caldos de cultivo para este trastorno, sobre todo, en aquellas personas que no disponen de una personalidad lo suficientemente fuerte, como para afrontar, que no todo el mundo va a pertenecer a nuestro club de fans, y que las críticas, son directamente proporcionales a la relevancia del puesto ocupado.
¿Como solucionar este problema?
Lo primero que debemos hacer es reconocer nuestros sentimientos negativos "impostores". Una vez hecho esto, y en el convencimiento de que no responden a la realidad, sería interesante ponerlo por escrito, donde apuntarás los sentimientos negativos y los logros obtenidos.
Si no fueses capaz de canalizar y equilibrar las columnas, no te apures, una ayudita externa podría ser una buena idea, mientras tanto, puedes empezar con hábitos que te ayuden como:
- Acepta que nadie es perfecto, tú tampoco, así que equivocarse es lícito.
- No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, así evitarás los sentimientos de ineptitud.
- Comenta con tu entorno como te sientes, verbalizarlo te ayudará.
- Afronta los problemas tal y como llegan, con decisión y buscando las soluciones, sin regocijarte en las dificultades.
- Comienza por lo más complicado, una vez hecho, tendrás la sensación de que lo más duro ya ha pasado y te hará sentirte más fuerte.
- No pongas en tela de juicio los elogios, disfrútalos.
- Agradece a la vida todo lo que tienes, seguro que es mucho más de lo que crees.
- Rodéate de personas con alto optimismo, créeme, se contagia.
Aunque debe admitirse también, que a veces, un vago sentimiento de "impostor", puede resultar muy positivo, ya que evita caer en la megalomanía, mantiene el nivel óptimo de humildad y evita el despotismo hacia los demás, pero todo en su justa medida.
Por lo tanto, no permitas que el sentimiento de "fraude" se apodere de ti, te limite a correr riesgos, a pedir un ascenso, a trabajar a la altura de tu potencial real, ya que lo único que conseguirás es aumentar los niveles de estrés, disminuir tu productividad y dejar de ser imprescindible para la empresa.
Tu esfuerzo merece la pena, y lo sabes....
Publicado por María C. M.
19 de enero de 2016
María C. Melero
Hr Manager Grupo Emaser.Barcelona y alrededores, España.
Actual: Grupo Emaser, Instituto de Competencias Transversales (Instituto CT), La Nueva Ruta del Empleo.
Anterior: CONSULTORIA RRHH, Free-lance, GHT Hotels.
Educación: Universitat Oberta de Catalunya.
Twitter: https://twitter.com/antesalarrhh
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