2017-03-16

Profecías autocumplidas: El Efecto Pigmalión versus el Efecto Golem.

El efecto Pigmalión, el efecto Golem y su importante influencia en educación.

Por José Luis Miralles Bono (Oysiao).

Eduplaneta Musical.


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Profecías autocumplidas: El Efecto Pigmalión versus el Efecto Golem
La formulación de Robert K. Merton de “la profecía autocumplida” es la siguiente: La profecía que se autorrealiza es, al principio, una definición «falsa» de la situación, que despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original de la situación se vuelva «verdadera».


Las profecías


El Efecto Pigmalion y el Efecto Golem en educación (o más ampliamente en psicología) son las dos caras de la moneda de “La profecía autocumplida”.

Robert K. Merton, sociólogo estadounidense (padre de la teoría de las funciones manifiestas y latentes y padre del premio Nobel en economía Robert C. Merton); fue el que formalizó la estructura y consecuencias de “la profecía autocumplida” a partir del teorema de Thomas que es uno de los principios fundamentales de la sociología que fue formulado por William I. Thomas.

El Teorema de Thomas dice: If men define situations as real, they are real in their consequences | Si las personas definen las situaciones como reales, éstas son reales en sus consecuencias. Este teorema fue formulado en su libro The child in America: Behavior problems and programs.

La formulación de Merton de “la profecía autocumplida” es la siguiente:

La profecía que se autorrealiza es, al principio, una definición «falsa» de la situación que despierta un nuevo comportamiento que hace que la falsa concepción original de la situación se vuelva «verdadera».

La leyenda de Pigmalión


El Libro X de las Metamorfosis de Ovidio habla de la leyenda de Pigmalión y Galatea. Las Metamorfosis de Ovidio es un poema en 15 libros que pretende narrar la historia del mundo desde su creación hasta la deificación de Julio César.

En el libro X se narra la historia del Rey de Chipre llamado Pigmalión que decidió no casarse al no encontrar a la mujer perfecta. Como no encontró esposa se dedicó a la escultura de figuras femeninas que compensasen el vacío que sentía. Finalmente terminó por enamorarse de una de sus estatuas más bellas: Galatea.

«El festivo día de Venus, de toda Chipre el más celebrado,
había llegado, y recubiertos sus curvos cuernos de oro,
habían caído golpeadas en su nívea cerviz las novillas
y los inciensos humaban, cuando, tras cumplir él su ofrenda, ante las aras
se detuvo y tímidamente: «Si, dioses, dar todo podéis,
que sea la esposa mía, deseo» -sin atreverse a «la virgen
de marfil» decir- Pigmalión, «semejante», dijo, «a la de marfil».
[...]
Cuando volvió, los remedos busca él de su niña
y echándose en su diván le besó los labios: que estaba templada le pareció;

La leyenda de los Golems


La palabra golem aparece en la Biblia (Salmos 139:16 / versión hebrea) y en la literatura talmúdica para referirse a una sustancia embrionaria o incompleta. En la mitología judaica y el folklore medieval se refiere ya más concretamente a un ser animado creado a partir de materia inanimada.

Según Wikipedia:

Las primeras historias sobre golems se remontan al principio del judaísmo. Los golems fueron creados por personas creyentes y cercanas a Dios. Como Adán, el golem es creado a partir del barro, insuflándole después una chispa divina que le da la vida, de manera que la creación de Adán es descrita en un principio como la creación de un golem.

Desde este punto de vista, algunas personas con un cierto grado de santidad y acercamiento a Dios podrían adquirir algo de su sabiduría y poder. Uno de esos poderes sería el de la creación de vida. Sin embargo, no importa qué grado de santidad tuviera una persona, el ser que creara sería solamente una sombra del creado por Dios, ya que, entre otras cosas, el golem carece de alma.

La incapacidad principal del golem era la incapacidad de hablar. Tener un golem era visto como el símbolo final de la sabiduría y la santidad, y hay muchos relatos de golems conectados con rabinos ilustres durante toda la Edad Media.

Con el tiempo, esta idea inicial de Golem relacionada más bien con el “homúnculo” alquimista, como demostración de sabiduría, terminó por transformarse en leyendas sobre seres que terminaban por rebelarse hacia sus creadores. Estas leyendas inspiraron al Frankenstein de Marry Shelley o incluso el androide que aparece en la película Metropolis de Fritz Lang.

Rosenthal y el experimento de Jacobson


Leonore F. Jacobson era la directora de un colegio del sur de San Francisco en 1963 cuando empezó a intercambiar correspondencia con el psicólogo de Harvard Robert Rosenthal, al que le encaminó en el estudio del efecto Pigmalion.

Jacobson empezó a escribir a Rosenthal a raíz de que éste publicara un artículo en American Scientist sobre el efecto de las expectativas de los investigadores en los sujetos de estudio de sus experimentos.

En dicho artículo intuía la posibilidad de que esto mismo pudiera ocurrir entre profesores y alumnos. Por lo que Jacobson le propuso a Rosenthal llevar a cabo un experimento para demostrarlo en su propia escuela.

El experimento que se llevó a cabo fue el siguiente:

  • Todos los alumnos del colegio de Jacobson fueron medidos mediante un IQ-test al principio del estudio
  • Los resultados no se dijeron al profesorado
  • Se eligieron al azar un 20% de alumnos
  • Se dijo a los profesores quienes eran ese 20% de alumnos, pero haciéndoles creer que según los resultados del IQ-test estos alumnos iban a experimentar un desarrollo cognitivo mayor que sus compañeros.
  • Después de un año se volvió a repetir el IQ-test

Y los resultados fueron que en todos los cursos (tanto los experimentales, como los grupos de control) los alumnos experimentaron una mejora en el segundo IQ-test, respecto del primero.

Pero especialmente los alumnos que pertenecían a ese 20% aleatorio experimentaron una evolución mayor que el resto de sus compañeros, y estos resultados eran más significativos en los cursos más bajos.

Lo cual lleva a la conclusión de que: Las expectativas positivas de los profesores, especialmente en los más jóvenes, influyen en el desempeño académico de los alumnos.

En este video podemos ver al propio Rosenthal hablando de este efecto:

Efecto Pigmalión en la escuela - Rosenthal Jacobson

En el vídeo se detallan los cuatro factores que influyen en los resultados:

  1. Factor Clima: Los profesores tienden a crear un clima más cálido y son más agradables con lo que les dicen por los canales tanto verbales como no verbales a los alumnos que creen que son mejores.
  2. Factor Input: Los profesores enseñan más materia a los alumnos que creen que irán mejor.
  3. Oportunidad de Respuesta: Los alumnos tienen más de una oportunidad para responder si los profesores creen que van a responder bien, o incluso se les pregunta más veces o se les ayuda a formular la respuesta trabajándola conjuntamente.
  4. Feedback: Cuando más se espera, más se alaba y más se refuerza positivamente al alumno. Una de las mejores formas de saber si el profesor no espera grandes resultados de sus alumnos es viendo si acepta una respuesta de baja calidad, por que piensa que el niño no es lo bastante listo como para aprovechar una clarificación adicional.

Las conclusiones de este estudio se publicaron en varios artículos científicos, aunque la publicación más importante es el libro: “Pygmalion in the Classroom: Teacher Expectation and Pupils’ Intelelctual Development” publicado en 1968 y con una versión extendida posterior.

La otra cara de la moneda: El efecto Golem


Mientras que el efecto Pigmalión se centra en la parte positiva de la profecía autocumplida, el efecto Golem es el colorario negativo del Pigmalión.

En 1977 Babad Elisha publica el artículo “Pygmalion in reverse” en el Journal of Special Education. En este caso también se nombraron alumnos que supuestamente iban a tener un desempeño menor que el resto de compañeros.

Se replicaron los resultados del efecto Pigmalión con los alumnos “supuestamente” con más expectativas y al mismo tiempo se encontraron evidencias del efecto Golem, al ver como los alumnos que “supuestamente” iban a tener un menor desempeño, ciertamente así lo demostraban en los resultados.

entonces…


El efecto Pigmalión y el efecto Golem están en nuestras aulas, así como en cualquier otro grupo humano, y de nosotros depende potenciar un efecto más que otro.

10 marzo, 2013 Oysiao

José Luis Miralles Bono

http://www.safecreative.org/user/0806150072900
Profesor en Conservatorio Profesional de Música Mestre Tàrrega de Castellón
Conservatorio Profesional de Música Mestre Tàrrega de Castellón
Musikeon
Valencia y alrededores, España
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Fuente: Eduplaneta Musical  
Imagen: Pygmalion Effect  
2013.03.16

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