2017-11-13

Los 6 sombreros para pensar y el pensamiento lateral de de Bono.

Los 6 sombreros para pensar de Edward de Bono. 

Por Clara Sanz. 

Psicocode. 

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Los 6 sombreros para pensar y el pensamiento lateral de de Bono

Cada día eliges qué “sombrero para pensar” te pones y qué se dibuja en tu cara. Ya sea una sonrisa o una mueca de angustia. Somos nosotros mismos los que elegimos de qué color va a ser nuestro día.


¿Qué vas a encontrar aquí?


1 ¿Qué sombreros para pensar definió Edward de Bono?
2 El pensamiento lateral
2.1 El pensamiento lateral y la imaginación
2.2 El pensamiento lateral en el mundo de los negocios
2.3 El pensamiento lateral y el pensamiento creativo

Elegimos qué sombrero nos vamos a poner y cómo va a condicionar todo lo que nos ocurra. Algunos dicen que nos podemos levantar con “el pie izquierdo”, otros con el “sombrero negro”.

Edward de Bono es un reconocido psicólogo que planteó una herramienta de comunicación llamada “los seis sombreros para pensar”. Edward de Bono fue una persona tremendamente creativa que alcanzó gran fama en todo el mundo. Se graduó en Psicología y Fisiología por la Universidad de Oxford, además de ser Doctor en Medicina por Cambridge.

Sus libros han sido traducidos a 37 idiomas. Muchos gobiernos e instituciones han utilizado sus servicios durante más de 30 años. Adicionalmente ha desempeñado cargos importantes en distintas Universidades como Cambridge o Harvard. Sus métodos y estudios forman parte del plan curricular de muchísimas carreras.

De entre todas las herramientas que Edward de Bono ideó, probablemente los 6 sombreros para pensar sea la más conocida.

1. ¿Qué sombreros para pensar definió Edward de Bono?


Edward de Bono distingue seis sombreros: blanco, rojo, negro, amarillo, verde y azul.

Cada vez que uno se posa en nuestra cabeza cambiamos nuestra perspectiva, nuestras sensaciones y nuestra actitud. Lo que nos pasa cuando nos ponemos estos sombreros es lo siguiente:

Sombrero Blanco:
Vemos los hechos puros y reales. Somos neutrales y objetivos. No somos capaces de hacer interpretación propia ni subjetiva.

Sombrero Rojo:
Nos permite más que ver, sentir. Somos emocionales e intuitivos. Con este sombrero podemos inspeccionar nuestros propios sentimientos y los de los demás. No es posible justificar con la lógica los sentimientos.

Sombrero Negro:
Vemos todo lo que puede salir mal y por qué no puede funcionar. Somos negativos. Nos permite hacer un intento objetivo de poner de cara los elementos negativos y hacernos preguntas negativas. Podemos confrontar más fácilmente pasado y futuro. Si eres capaz de ponerte este sombrero, serás capaz de ponerte el amarillo también.

Sombrero Amarillo:
Vemos los elementos constructivos de la realidad y las oportunidades. Somos positivos. Nos permite hacer un intento objetivo de poner de cara los elementos positivos. Podemos analizar la realidad desde un aspecto lógico y práctico hasta un aspecto esperanzador de visiones y sueños. Con este sombrero somos más constructivos y podemos hacer que las cosas sucedan.

Sombrero Verde:
Vemos la realidad de forma creativa. Somos imaginativos, provocativos y estamos en continuo movimiento. Nos permite buscar todas las alternativas posibles e ir más allá de lo conocido y satisfactorio. Apostamos por descubrir. Con este sombrero reemplazamos el juicio por la idea de explorar y descubrir provocaciones y nuevas alternativas.

Sombrero Azul:
Vemos de manera organizada nuestro pensamiento y la realidad. Somos capaces de controlar y gestionar el pensamiento. Este sombrero llama a los otros, define los temas a los que ha de dirigirse el pensamiento. Con este sombrero llegaremos a las conclusiones y determinaremos la acción a desarrollar. Este sombrero suele usarse al final de un recorrido para dar paso a la acción final.

Todos los sombreros para pensar son susceptibles de uso según la ocasión. A veces hay que usar un poco todos los sombreros para al fin ponernos el azul y saber cómo actuar.

Otras veces deberemos mantener un mismo sombrero para definir la actitud con que nos tomamos la vida. Decide bien qué sombreros para pensar escoges, cuál quieres llevar más tiempo en la cabeza.

Hay sombreros más útiles y serviciales que otros. Hay sombreros que nos hacen más felices y hay sombreros que nos pueden angustiar.

¿Qué sombrero te vas a poner? ¿Cuál es el sombrero que más utilizas? ¿Has inventado tu propio sombrero para pensar? Elige el sombrero más apropiado y da una perspectiva favorable a tu vida.

2. El pensamiento lateral


La idea de los 6 sombreros para pensar está enfocada en la división del pensamiento por colores para desarrollar el pensamiento lateral.

Se trata de un tipo de pensamiento muy útil para la resolución de problemas y la toma de decisiones. El concepto de pensamiento lateral surge en 1967 a partir del libro de Edward de Bono El uso del pensamiento lateral

Este tipo de pensamiento busca encontrar soluciones a problemas siguiendo caminos poco lógicos o habituales. Esta manera de pensar trata de escapar de las ideas preconcebidas para encontrar una solución creativa a los problemas.

Frente al pensamiento lateral, también definió el pensamiento vertical, que es el que sigue el camino lógico y habitual para resolver un problema.

2.1. El pensamiento lateral y la imaginación


El funcionamiento del pensamiento lateral está íntimamente ligado a la imaginación y es la base fundamental del pensamiento creativo. Nos permite desarrollar la capacidad de seguir pasos alternativos para encontrar la solución a los problemas.

Además, nos permite explorar todas las posibles soluciones, las que escapan al camino más directo entre A y B. Sobre todo cuando este camino directo aparece bloqueado.

Para no desesperarnos y buscar con tranquilidad una solución alternativa, debemos utilizar el pensamiento lateral de forma cotidiana y fluída.

No es fácil aprender y acostumbrarse a pensar de esta forma. Requiere una capacidad que no se desarrolla de forma automática. Además y tristemente, la forma en que funciona la educación limita la evolución de esta forma de pensamiento.

Teorías distintas de la educación (como la de Montessori),proponen ideas más lúdicas y libres para aprender y desarrollar las capacidades creativas de los niños.

¿Pero podemos seguir desarrollando nuestra imaginación en la edad adulta? ¿Es posible que si he seguido una forma realmente estructurada y lineal de pensar por años, despierte mi imaginación y sea capaz de idear soluciones diferentes a mis problemas y desarrolle ideas creativas?

Evidentemente la respuesta es sí, pero el camino no es fácil. Hace falta un auto reconocimiento de que estamos faltos de imaginación y de que no somos creativos. Ser conscientes de esto es difícil como lo es aceptar cualquier punto débil en nuestra formación o nuestro comportamiento.

Después, es preciso embarcarnos en el aprendizaje de nuevas formas de responder ante los problemas. Cosas tan simples como resolver acertijos aritméticos o armar rompecabezas, pueden ser un buen principio.

Siguiendo esta línea, el pensamiento lateral que caracteriza a Bono apuesta por tomar una perspectiva imaginativa y creativa. Mediante provocaciones del pensamiento se puede desviar la perspectiva y adoptar nuevos patrones de comportamiento.

Si lo pones en práctica tu pensamiento será mas flexible. Aprenderás a “cambiar de sombrero” con facilidad para adaptarte a las nuevas situaciones.

2.2. El pensamiento lateral en el mundo de los negocios


En este sentido existe un trasfondo importante en la capacidad imaginativa de los distintos emprendedores. Esta capacidad afecta a su percepción de su posible éxito que incide en cada paso de un posible emprendimiento. La concepción y la puesta en práctica de la idea imaginada están relacionadas con la confianza en la capacidad creativa del emprendedor.

Mayor imaginación, mayor creatividad, mayor confianza, todo ello se traduce en mejores posibilidades de éxito. En ese sentido, no parece una inversión de tiempo absurda el despertar nuestra mente creativa y darle vía libre a nuestra imaginación.

Más allá de esta influencia en la vida profesional, existe también una incidencia positiva en usar la creatividad para la resolución de conflictos personales. En este sentido podemos aplicar la idea de los sombreros para pensar a todos los ámbitos de nuestra vida.

Cuando pasemos por circunstancias poco agradables, hemos de colocarnos el sombrero que más nos ayude. Aquel sombrero que nos transmita los pasos que dar y nos marque una sonrisa.

Puede que el sombrero para pensar que elijamos coincida con los señalados por Edward de Bono. O quizá pintemos un nuevo matiz, rosa, naranja, marrón, púrpura, granate o añil. Cada uno con un significado que determinará cómo estaremos.

Elige un sombrero que vaya acompañado de una sonrisa que te permita ver lo positivo. Que te permita ver el mundo desde la perspectiva más clara al tiempo que agradable. Un sombrero con el que puedas sentir a flor de piel, pero también con el puedas observar y ser práctico.

Elige ponerte el mejor sombrero, cámbialo cuando la situación lo requiera. No olvides que el que más tiempo tengas en la cabeza será el que te defina y condicione tu vida.

2.3. El pensamiento lateral y el pensamiento creativo


Hay distintas aproximaciones dentro de la Psicología que estudian la noción del pensamiento creativo y la capacidad de imaginación. Todas coinciden en incluir como sus tres elementos básicos la concepción, la puesta en marchay la transformación.

Reducir el pensamiento creativo a estos tres pasos no tiene la intención de simplificar algo que esper se complejo. Sino establecer una forma esquemática de comprender cómo la imaginación y la creatividad pueden desencadenar acciones tan sencillas como la solución a un problema cotidiano (dejé las llaves dentro del auto y lo cerré…) o tan complejas como el inicio de un emprendimiento empresarial.

Por Clara Sanz
28 octubre, 2017.

Clara Sanz :

Profesora de apoyo escolar y psicopedagógico. Coordinadora de actividades lúdico-educativas. Maestra de educación infantil. Licenciada en psicopedagogía. E-mail: clara.isanz@gmail.com

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Fuente: Psicocode

Imagen: Lateral thinking


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