Publiqué este artículo hace 15 años en el diario El Correo del Lago, de Villarrica. Desde entonces, la desigualdad social se ha ido agravando paulatinamente en todos los gobiernos de la Concertación, de la Nueva Mayoría y, obviamente, de Piñera.
¿Se cumplirá el histórico ciclo de ruptura institucional cada cuatro décadas?
Se cumplirá el dogma de que cuando el conflicto social está entrampado por la absoluta irracionalidad de las partes, la única solución para avanzar es el uso de la fuerza? 
Por Manuel Gross Osses
Según el 
diccionario de la Real Academia Española, la violencia es una acción 
violenta o contra el natural modo de proceder. Y que una acción violenta
 es la que se ejecuta contra el modo regular o fuera de razón y 
justicia.
En Chile, 
la violencia ejercida por el autoritarismo es una lacra que la sociedad 
ha sufrido desde la llegada de los conquistadores españoles. La 
sufrieron los mapuches que se opusieron a la invasión. La sufrieron los 
inquilinos de las “encomiendas” y luego los de las haciendas. La 
sufrieron los trabajadores del salitre, masacrados de a miles por luchar
 contra la explotación inhumana. De la violencia ejercida por la 
dictadura militar se han escrito miles de libros.
Hoy día, 
es extrema violencia y extrema insensibilidad social, que la mayoría de 
los trabajadores estén condenados al sueldo mínimo aunque aumente al 
triple la calidad y productividad de su trabajo y aunque el patrón se 
haga multimillonario y ya no sepa dónde invertir su plata. Y que a pesar
 de sus utilidades, mantengan morosa una deuda de 400 MIL MILLONES DE 
PESOS por cotizaciones que les han descontado a los trabajadores pero 
que no las han depositado en el sistema previsional.
La 
desigualdad social tiene cifras indesmentibles: El 5% más rico gana 209 
veces más que el 5% más pobre. Sin embargo, en el programa de la 
derecha, presentado por el militante de la UDI Cristián Larroulet, que 
tiene la ilusión de ser el Ministro de Hacienda de Lavín, se propone 
rebajar gentilmente los impuestos a las utilidades, lo que resultaría en
 que el Estado tendría menos plata para financiar la lucha contra la 
desigualdad social, es decir, menos plata para educación, para salud, 
para seguridad ciudadana, para vivienda, para cultura, para deporte, 
para el fomento productivo.
Los 
jóvenes están acumulando rabia. Mientras que los jóvenes nacidos y 
criados durante la dictadura muestran una relativa pasividad social, los
 que nacieron a mediados de los 80 y a principios de la nueva democracia
 están demostrando claramente que no se resignarán a seguir soportando 
la desigualdad, las humillaciones y la marginalidad social que les 
impone la tradicional estructura paternalista y autoritaria de este 
país.
No estamos
 hablando de delincuencia, porque ese es otro tema. Estamos hablando de 
rebeldía, de iras, de desesperanzas, de rechazo a tener que ganar un 
sueldo miserable aunque sean excelentes estudiantes, empleados o 
profesionales y aunque todo el país siga progresando y los grandes 
empresarios sean cada día más ricos y paguen menos impuestos.
Los artículos de Manuel Gross se publican los días viernes en el diario El Correo del Lago, de Villarrica.
   
https://grossman077.wordpress.com/2004/12/04/violencia-juvenil-el-desborde-de-la-desigualdad-social/