2017-02-20

Entendiendo cómo pensamos. Lo Intuitivo versus lo Analítico.

Entendiendo cómo pensamos. Lo Intuitivo versus lo Analítico. 
Por Carlos Goedder. 
Psicología Granollers.   


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Entendiendo cómo pensamos. Lo Intuitivo versus lo Analítico
El profesor Daniel Kahneman, psicólogo israelí nacido en 1934, recibió el premio nobel de Economía 2002 por su trabajo sobre cómo se toman decisiones. La muerte se llevó antes a su compañero de trabajo, D. Amos Tversky (1937-1996), a quien Kahneman dedica un libro el cual será decisivo para la historia humana.


Lo será porque compendia inteligiblemente -y con maestría- el mejor saber que sobre el funcionamiento de la mente tiene la psicología. Y nos da oportunidades de mejorar nuestro pensamiento y, con ello, nuestras acciones. Es el tipo de libro que hace la vida más desafiante, más comprensible, más deliciosa y feliz. Esa es la meta de cualquier psicología.

La obra que se comenta de Kahneman aún está sin traducir al castellano. Fue un best seller mundial en lengua inglesa durante 2011. Desde La Inteligencia Emocional en la década de los noventa, probablemente se esté sin asistir a una obra psicológica tan amigable y contundente. Se llama Thinking Fast and slow (Allen Lane, 2011). Bueno, sin más elogios, entremos en materia.

Rápido, sin perder tiempo, un par de preguntas sencillas:

Una raqueta y una bola de tenis cuestan en total 1,10 EUR;
La raqueta cuesta un euro más que la bola.
La pregunta es: ¿Cuánto cuesta la bola?
La segunda es validar si es cierto este silogismo:
Todas las rosas son flores.
Algunas flores se marchitan.
Luego, algunas rosas se marchitan.

Antes de seguir, resuelva ese par de cuestiones. Son de respuesta rápida.

Un 50% de los estudiantes de las mejores universidades estadounidenses seguramente coincidió con usted. La bola cuesta diez centavos (0,10 EUR) y el silogismo es cierto. Si es así, han errado juntos. Más siéntase orgulloso: erró con gente muy talentosa.

En el caso de la raqueta y la bola es más o menos rápido percibirlo. Si la bola cuesta 10 centavos y la raqueta 1 euro más, entonces se tiene que la raqueta vale 1,10 EUR. En total valdrían 1,20 EUR. La respuesta está mal. La correcta es 5 centavos y si hiciera una de esas ecuaciones que nos enseñaron al iniciarse la pubertad la resolvería. No perdamos tiempo. La ecuación está en la nota al pie y puede obviarla#.

El silogismo es falso. Sabemos que algunas flores se marchitan. Mas ese grupo para nada tiene que incluir a las rosas. Nada evidencia que las rosas formen parte de esas flores que se marchitan. Luego, la conclusión es falsa. Es un silogismo falso.

Ambos ejemplos sólo sirven, como muchos más abundantes y mejores, para reflejar con qué facilidad se nos engaña. Y es por lo siguiente: nuestra mente tiene dos pasajeros. Kahneman los llama Sistema 1 y Sistema 2. Pudiera llamarlos "Sistema Automático" y "Sistema Esforzado", mas se ahorra ese enredo para hacernos más fácil la memoria.

En nuestra mente conviven entonces dos Sistemas.


El primero es el intuitivo y es el que está activo la mayor parte del tiempo. Es un sistema que tenemos activo todo el tiempo, independientemente de nuestra voluntad. Saca conclusiones inmediatas sobre relaciones entre lo que vemos, comprueba si el entorno anda bien y evalúa con velocidad si todo transcurre normalmente dentro y fuera de nosotros. Lo tenemos activo al caminar por la calle, al conducir un automóvil y es el que usamos la mayoría cuando vemos un par de preguntas como las anteriores, que parecen sencillas, sin trampas.

El otro habitante en nuestra mente es el Sistema 2. La verdad es que este sistema sí es capaz de un pensamiento analítico. A diferencia del Sistema 1, es más desconfiado, analiza la estructura lógica de las cosas, es capaz de pensar estadísticamente y se concentra en labores que precisan esfuerzo mental. El problema es que la mayoría tenemos un Sistema 2 fundamentalmente vago. Sólo se activa si el Sistema 1 percibe algo notoriamente raro en el mundo que nos rodea. Y nuestro gran problema vital es cómo manejamos estos sistemas y estamos conscientes de sus limitaciones.

En palabras del propio Kahneman, estamos ante un asunto de "economía mental". Concentrarse en una actividad suele demandar al Sistema 2 y ese Sistema tiene limitaciones de energía. Un experimento genial era colocar a personas a contar el número de pases que se daban entre sí unos jugadores de baloncesto. Esto demanda concentración y estadística. Es tanto cómo absorbe, que prácticamente nadie percibe durante el conteo que aparece alguien disfrazado de gorila cruzando la pista.

Es una de las pegas del Sistema 2: tiene capacidad limitada de procesamiento. Es más, el Sistema 2 puede incluso tener su propio par de componentes. En un breve comentario, Kahneman señala que podemos dividirlo en analítico y racional. Alguien puede ser muy competente en hacer análisis, mas hacer cosas notoriamente irracionales. Cosas como la falta de inteligencia emocional obedecen a un Sistema 2 demasiado analítico y a un Sistema 1 disfuncional.

En efecto, concentrarse, analizar, nos tiende a poner serios, incluso irritables. Y viceversa: cuando estamos en un estado irritable, desconfiado o malhumorados tendemos a ser más analíticos. Tiene que ver con sentirnos en entorno inseguro, en requerir concentración. En cambio la creatividad, por ejemplo, está asociada a sensaciones de distensión y cuando estamos más relajados damos respuestas más creativas.

La mente apuesta por la Ley del Mínimo Esfuerzo, en general. Así que el Sistema 1 se conforma con sacar conclusiones veloces y tratar de sentir que estamos con buen temperamento y en situación habitual. Eso juega trampas.

Una primera es que cuando nos presentan algo más o menos coherente a simple vista, lo damos por totalmente válido. De allí que muchas veces la presentación tenga más importancia que el contenido. Una presentación en buen papel, con letra clara y legible, con tonos de impresión fuertes, tiende a inspirar más confianza. Un nombre habitual y fácil para una compañía o autor suelen darnos una impresión más favorable que un nombre raro. Es más, puede ser que haya perdido lectores, si leen antisemitas, desde el primer párrafo o si acaba de ver un ataque israelí a los palestinos.

¿Más trampas del Sistema 1?


Hay una especialmente dolorosa: el efecto halo. Pudiera traducirse como "la aureola". Ocurre que nos guiamos rápido por las primeras impresiones. El Sistema 1 está programado para identificar por rasgos faciales y expresión si alguien es confiable o no. Si se dice de alguien que es inteligente, perseverante, con carácter, ya podemos creer que es capacitado para ser un buen líder o director, más obviamos que falta saber más cosas sobre la persona, por ejemplo si es despiadada, corrupta o insociable.

Un ejemplo lo pone Kahneman en su trabajo docente al corregir exámenes: se dio cuenta de que cuando un alumno respondía bien la primera pregunta – estamos hablando de exámenes que requieren desarrollo y ensayo en lugar de "selección simple"-, tendía a ser indulgente con las siguientes respuestas del alumno en el mismo examen; por contraste, cuando percibía en la primera pregunta respondida que había incoherencia o mala expresión, tendía a juzgar mal el resto del examen. Se guiaba, como muchos, por la primera impresión, por el halo. Así que optó por corregir a cada alumno la primera pregunta, luego corregirle a cada uno la segunda… Y así encontró que corregía los exámenes con más justicia.

El Sistema 1 también tiende a considerar que algo que se ha visto recientemente ya es familiar y conocido. Tiende a confundir el recuerdo reciente con familiaridad. Y es que este Sistema 1 es esencialmente asociativo y recurre a la memoria. Otra trampa en la que cae es dar por sentado que es normal y verdadero algo que se repite mucho. La propaganda y el marketing ya lo saben.

¿Otra particularidad del Sistema 1?


Le gusta lo simple, porque resta de entrañar peligro. Por eso la recomendación de que al emitir un mensaje hay que hacerlo fácil de memorizar y tanto mejor si rima su contenido: pasa a ser un eslogan. De allí que el propio Kahnenam opte por denominar estos mecanismos de pensamiento "Sistema 1" y "Sistema 2", para hacer más fácil la nemotecnia. Se tiende a percibir como más inteligente a quien da un mensaje de sencillo entendimiento y evocación que a alguien quien da un mensaje complicado o que demande razonar. Ya yo tomé un riesgo al usar la palabra nemotecnia en mi exposición.

En suma, lo desafiante es cuando nos cuestionamos la realidad que nos vende el Sistema 1.

El Sistema 2 es nuestra herramienta para hacernos preguntas sobre la realidad y desconfiar. Es necesario para tomar decisiones trascendentales sobre nuestras inversiones, nuestras preferencias políticas, nuestra opinión sobre alguien y sobre la confianza que hemos de tener hacia un vendedor. Puede incluso ser cruel dejarnos llevar por el halo, como propone el Sistema 1. Quizás influyó en cómo una primera impresión desafortunada, un primer rasgo negativo, nos hizo menospreciar a alguien.

Algo mencionado sobre el Sistema 1 es que resulta incapaz para pensar en términos estadísticos. Es capaz, a lo sumo, de estimar promedios, porque precisamente para eso está programado: para caracterizar a la gente, para crear estereotipos, para darse impresiones generales. Mas es terriblemente malo para calcular totales, para considerar eventos infrecuentes y actuar bajo incertidumbre.

Lo más desafiante es hacer grato pensar, es decir, hacer menos forzoso emplear el Sistema 2. Este estado agraciado se llama el "Estado de Flujo" y sobre él ya habló Goleman. Es lo que alcanzan quienes se absorben en una labor analítica y se olvidan de todo, quienes hayan placer y confortabilidad en razonar. Lo consiguen científicos, artistas, matemáticos y filósofos en muchos casos.

Hay mucho más para elaborar sobre el libro de Kahneman. Mas es bueno cierta dosis de desconfianza en nuestra simple intuición para algunas cosas y también saber cuando es innecesario activar al Sistema 2.

Nada más peligroso que saturar al Sistema 2: está comprobado que al entrar de lleno en una actividad analítica, pasar a la siguiente se hace ingrato y se tiende a cometer errores. El término "energía mental" es real, incluso puede medirse en términos de glucosa consumida por el organismo para pensar. Así que es sabiduría saber gestionar esa energía mental escasa y usarla a nuestro favor.

Posted on noviembre 28, 2011 at 1:57 pm

Carlos Goedder 

carlosurgente@yahoo.es
www.carlosgoedder.com

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Fuente: Psicología Granollers  

Imagen: Intuition vs Analysis  

2012.02.20

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