2017-07-26

Liderazgo definitivo: 4 pilares y 18 competencias básicas del líder.

El liderazgo definitivo. Cómo legar una herencia de esperanza.

Por Isabel Carrasco.

Hablemos de Liderazgo.

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Liderazgo definitivo: 4 pilares y 18 competencias básicas del líder

Brigette Tassa Hyacinth, enThe ultimate leader. Learning, leading and leaving a legacy of hope”, plantea que el liderazgo es el timón de una sociedad que tiene éxito, ya que ésta, como cualquier organización se hundiría si no existiesen los líderes, especialmente los sabios.


Para construir y desarrollar esas habilidades de liderazgo se necesita contar con los siguientes 4 pilares: Esperanza, Humildad, Autenticidad e Integridad.

I.- ESPERANZA


Plinio mantenía que: “La esperanza es el pilar que mantienen el mundo”. Es el imán emocional que permite que las personas sigan adelante en medio de los desafíos. Un líder sabio se ocupa de que la misión y visión de la organización transmita esperanza, de generar entusiasmo y servir de inspiración a las personas que lideran.
La autora propone 7 recomendaciones a los líderes para transmitir esperanza:

1.- Ser visibles. Los líderes deben estar presentes y ser vistos para poder ser un símbolo de esperanza. Su lenguaje corporal y su estilo de comunicación debe rezumar positividad.
2.- Ser honestos, abiertos y lo más justos posible. Deben ser realistas pero mantenerse positivos y esperanzados sobre el futuro. Tienen que ser auténticos si quieren que sus colaboradores crean y confíen en ellos.
3.- Fomentar el optimismo. Éste está relacionado con la esperanza pero conceptualmente es distinto a la esperanza ya que incluye la habilidad percibida para moverse hacia  metas con resultados que sean valiosos y para evitar aquellos que no sean deseados. La esperanza nos va a permitir ser optimistas hasta en situaciones complicadas. Con frecuencia debido a nuestras vidas excesivamente atareadas solemos dejar fuera tanto al optimismo como a la esperanza pero debemos recordar que aunque en ocasiones no podemos cambiar las circunstancias externas si podemos modificar nuestras actitudes hacia ellas.
4.- Motivar y estimular. La habilidad para transmitir esperanza requiere que realmente nos preocupemos por los profesionales y por el trabajo que están haciendo. Para ello como líderes tenemos que promover la participación y no mostrarnos excesivamente críticos. Nuestros colaboradores deben sentir que creemos en ellos y que les apoyaremos en su trabajo y facilitaremos su aprendizaje.
5.- Centrarse en la posibilidad. Sentimos esperanza cuando conectamos con la parte de nosotros que quiere ser capaz de convertir lo imposible en posible. Un ejemplo es el discurso de John Kennedy en el que comunicaba que habían elegido ir a la Luna y se centraba en esa posibilidad.
6.- Mostrar a sus colaboradores lo mucho que les valoran. Esto se puede lograr a través del feedback positivo y de las recompensas y reconocimiento. Si los profesionales se sienten valorados tendremos su lealtad y apoyo.
7.- Invertir en las personas. Para ello debemos contar con buenos programas de aprendizaje y entrenamiento y asegurarnos que cuentan con las herramientas y autoridad para realizar su trabajo.

II.- HUMILDAD


Es la base de los grandes líderes, ya que es la vía de entrada de otros rasgos tales como la empatía, la autenticidad o la integridad. Los líderes humildes son muy buenos oyentes y agradecen el feedback. Las investigaciones realizadas sobre el poder y eficacia de la humildad muestran que ofrece una importante ventaja competitiva a los líderes.

Por ejemplo un estudio de la Escuela de Negocios de la Universidad de Washington dirigido por Michael Johnson sugiere que un enfoque de liderazgo “tranquilo” enfocado en la escucha, transparencia, conocimiento de las propias limitaciones y en la apreciación de las fortalezas y contribuciones de los colaboradores es un abordaje muy eficaz para obtener el compromiso de los profesionales.
La autora propone para detectar si un líder es humilde efectuar las siguientes preguntas:

1.- ¿Está su vocabulario lleno de “yo” en lugar de “nosotros”? ¿Ponen los intereses del equipo antes que los suyos? Los líderes humildes buscan oportunidades para ayudar y servir a los demás. La humildad surge de la fortaleza y no de la debilidad, ya que para ser humilde necesitamos tener seguridad en nosotros mismos y autocontrol. Los líderes humildes son conscientes de que liderar implica servir a los demás y que puede implicar aceptar riesgos personales por un bien mayor.
2.- ¿Es presuntuoso y fanfarrón? ¿Se lleva todo el crédito de los éxitos? La humildad fomenta la autorreflexión y el reconocimiento honesto de nuestras propias fortalezas y debilidades y por tanto de las habilidades que poseemos y del valor que podemos aportar a la organización. De esta forma evitamos sentirnos superiores y conseguimos ser conscientes de que existen unas necesidades que van más allá de nuestros deseos egoístas y tendremos la suficiente seguridad en nosotros mismos para aceptar que ayudar a los demás a que alcancen su potencial puede suponer que nos sobrepasen. Ser humildes supone estar abierto al hecho de que no sabemos todo y de que podemos aprender algo de cada persona.
3.- ¿Acepta mal las críticas o la oposición? ¿Está abierto a considerar las perspectivas de los demás? ¿Cómo habla de los competidores o de los que le rodean? El líder narcisista interpreta todo de forma personal y puede hablar sin ninguna consideración a los demás. Los líderes humildes, por el contrario son capaces de aceptar el input de los expertos aunque no coincida con sus ideas y tomar buenas decisiones basadas en sus opiniones y las de los demás, no sólo en las que confirman sus prejuicios, reconociendo los límites y respetando a todos.
4.- ¿Cómo se sienten los demás cuando están con él? ¿Se sienten insignificantes o estimulados? Los líderes que quieren ser siempre más inteligentes que los que les rodean son complicados para convivir con ellos y no hay que olvidar que los profesionales quieren trabajar con líderes que les gusten y a los que no teman. El líder debe atraer a los demás por su humildad y honorabilidad no por su posición y poder. Los líderes humildes consideran a los demás sus iguales no sus subordinados y piensan que no son mejores que ellos.
5.- ¿Reconoce su error cuando se equivoca? La humildad implica aceptar que nos hemos podido equivocar. Los líderes deben tener la disposición de aprender continuamente. Si no admiten sus errores no podrán crecer. Una disculpa es una señal de que es un buen líder. Al ser conscientes de sus imperfecciones el buen líder se muestra más dispuesto a perdonar los errores de los demás.
6.- ¿Se toma demasiado en serio a sí mismo? El humor abre nuestra mente para aprender de los demás. El líder humilde es capaz de reírse de sí mismo y de ver el humor en las situaciones lo que facilita la creación de un ambiente de trabajo distendido. El humor es una buena forma de ganarse e influir en un equipo, siempre desde una perspectiva honesta de nosotros mismos y de respeto y apreciación de los demás. Minimiza las distinciones de estatus entre los líderes y sus colaboradores y favorece las interacciones entre todos. Los líderes que utilizan el humor favorecen el que los demás se sientan cómodos con ellos al ser más abiertos y accesibles que las personas que nunca se ríen. El humor actúa como un catalizador para influir e inspirar a los demás y facilita la creatividad lo que favorece, con el tiempo, la productividad.
7.- ¿Se preocupa de preparar un plan de sucesión? Los líderes humildes comparten su conocimiento y disfrutan viendo como sus colaboradores crecen y se desarrollan.

La humildad es una cualidad esencial para los líderes auténticos. Las personas confían en ellos porque son genuinos y honestos y no sienten temor cuando están en su presencia. La humildad actúa, también, como antídoto que nos protege de los efectos venenosos del ego excesivo.

III.- AUTENTICIDAD


El verdadero liderazgo tiene que ser auténtico. La autora destaca que los principales signos que delatan la autenticidad en los líderes son:

1.- El liderazgo auténtico comienza por el autoconocimiento. La autenticidad en el liderazgo empieza cuando el líder conoce realmente quién es, cuáles son sus motivos e intenciones y cómo impacta a su entorno. Es importante que desarrolle un estilo de liderazgo que sea consistente con su carácter y personalidad y que tenga la capacidad de aprender de sus errores. Debe plantearse las siguientes preguntas:
a).- ¿Qué me motiva?
b).- ¿Qué es lo que realmente quiero?
c).- ¿En qué creo?
d).- ¿Cómo estoy influyendo en los demás?
e).- ¿Pongo mis intereses por delante o los de los demás?
f).- ¿Estoy siendo sincero?¿En qué aspectos tengo que incidir para lograr ser totalmente sincero?
Los líderes auténticos dedican tiempo a prácticas de reflexión e introspección para llegar a descubrir cuáles son sus pasiones y motivaciones subyacentes que les van a mostrar cuál es su propósito real.
2.- Los líderes auténticos son genuinos. No intentan ser siempre la persona correcta en el lugar adecuado en el momento correcto. No intentan transmitir una versión falsa de ellos mismos.
3.- La autenticidad requiere coraje. El líder se atreve a ser diferente y real y no intenta ser alguien que no es, ni actuar como un camaleón para ocultar su vulnerabilidad.
4.- Los líderes auténticos son íntegros. Para vivir de forma auténtica debemos asegurarnos de que nuestras acciones se alinean con nuestras creencias y principios.
5.- Los líderes auténticos tienen confianza en sí mismos. La autenticidad implica salir de nuestra zona de confort y asumir riesgos. Si nos sentimos cómodos viviendo acorde con nuestros valores estaremos más dispuestos a defenderlos en caso de que sea necesario y tendremos el coraje de liderar, guiar e inspirar a los demás hacia lo que creemos que es verdadero y honesto. Las personas que no son genuinas temen que los demás descubran que no son tan listos y cualificados como pretenden ser.
Por el contrario las que son auténticas no sienten ese temor y pueden mostrarse tal como son porque tienen confianza en sí mismos, no temiendo reconocer que no saben todo y que pueden necesitar ayuda. Los líderes auténticos no son perfectos, ni intentan serlo, cometen errores pero los reconocen y procuran aprender de ellos. Son honestos, sinceros y abiertos e inspiran a los demás hacia un alto desempeño. Su confianza surge del hecho de que no tienen nada que ocultar. Son lo que se ve.
6.- La autenticidad fomenta las relaciones. Los líderes auténticos se preocupan verdaderamente por sus colaboradores y facilitan su desarrollo para que lleguen a ser buenos líderes. Muestran empatía por lo que son capaces de ver el mundo a través de los ojos de los demás lo que les ayuda a generar una cultura abierta y transparente donde las relaciones pueden fluir con un sentimiento de confianza y seguridad.
7.- Los líderes auténticos tienen una marca personal. Ésta va a ser un reflejo de su autenticidad, valores y fortalezas.

Los líderes auténticos buscan la sabiduría y son conscientes de que la autenticidad no requiere que desnuden su alma y den detalles de todas sus vulnerabilidades e inseguridades, sino que debe existir un equilibrio ya que ser auténticos supone que deben favorecer un estado de desarrollo que les permite avanzar a través de múltiples roles mientras aprenden y crecen con sus experiencias.

Publicado por Isabel Carrasco en 11:38
domingo, 18 de junio de 2017

Segunda Parte:
El liderazgo definitivo. Las competencias básicas de un líder

BrigetteTassa Hyacinth, en “The ultimate leader. Learning, leading and leaving a legacy of hope”, que estamos comentando, plantea que la integridad es uno de los atributos clave de un buen líder.

IV.- INTEGRIDAD


Las investigaciones sobre liderazgo han mostrado de forma consistente que la integridad es uno de los rasgos de carácter más importantes en un líder respetado. La autora la define como la adherencia a principios morales y éticos y a la honestidad. Se caracteriza por alinear los valores y creencias de la persona con sus palabras y actos. Conlleva el compromiso profundo con hacer lo correcto por las razones correctas.
Abraham Lincoln, el presidente estadounidense más reconocido por su integridad decía: “El gran liderazgo es un producto de un gran carácter y por esta razón el carácter es importante”.

Las decisiones y elecciones que hacemos “a puerta cerrada” cuando nadie nos ve definen las bases de nuestro carácter. Nuestro compás moral debe ser capaz de distinguir lo que es correcto de lo que no lo es.
Zig Ziglar mantiene que: “Con integridad no tenemos nada que temer ya que no tenemos nada que ocultar. Con integridad haremos lo correcto por lo que no tendremos ningún sentimiento de culpa”. Los líderes en la actualidad tienen que vivir en un a casa de cristal y por tanto ser transparentes y responsables por todo lo que hacen y dicen, por lo que las honestidad y la integridad se han convertido en cualidades esenciales para su supervivencia.

Los líderes con integridad inspiran confianza a los demás. En el mundo de las organizaciones es una necesidad ya que nuestra habilidad para influenciar no se basa exclusivamente en la inteligencia o en nuestras capacidades sino que se basa en la confianza y esta requiere integridad, que es el fundamento de la influencia verdadera y duradera.

Existen dos componentes críticos para la integridad:

a).- La adherencia a principios éticos. No consiste solo en el cumplimiento de una ley o regla sino que implica el comprender la razón por la que existe.
b).- La búsqueda de un estándar establecido. Nadie es perfecto. Todos cometemos errores, pero aquellos que actúan con integridad los reconocen e intentan avanzar para realizar lo correcto.

Una investigación realizada por “The Institute of Leadership and Management mostró que aunque el 83% de los directivos decían que sus organizaciones tenían definidos sus valores, sólo en el 38% de los casos consideraban que se encontraban alineados con ellos y hasta un 63% de los encuestados creían que en alguna ocasión se les había pedido actuar en contra de ellos. Nuestra visión y nuestros valores deben trabajar al unísono.
El problema con la integridad surge cuando nos preguntamos “¿Cómo puedo conseguir lo que quiero?” en lugar de “¿Cómo puedo conseguir lo que quiero y ser la persona que quiero ser? La persona que queremos ser es más importante que las cosas que creemos que queremos conseguir.

Integridad significa:

1.- Liderar con el ejemplo. No podemos establecer políticas que los profesionales deben seguir y no actuar conforme a ellas nosotros.
2.- Defender lo que es correcto.
3.- Mantener nuestra palabra. Respetar nuestras promesas y estar cuando los demás nos necesiten.
4.- Preocuparnos por el bien común.
5.-Ser honestos cuando nadie nos mira.
6.- Hacer lo que es correcto aunque no sea popular.
7.- Mantener la lealtad ante la tentación o dificultades.
8.- No comprometernos con algún principio que no consideremos correcto aunque nos lo pidan.
9.- Tomar decisiones justas.
10.- Comunicar con honestidad y sinceridad.
11.- Reconocer a los profesionales cuándo y dónde sea necesario.
12.- Mantener consistencia entre nuestras palabras y acciones.
13.- Tratar a todos con respeto.

Actuar con integridad como líder significa que en muchas ocasiones no vamos a ser muy queridos porque hacer lo correcto no es siempre lo más popular. La integridad supone actuar de forma consistente de acuerdo a unos principios independientemente de quién nos esté viendo. La consistencia es un factor importante en el marco de la integridad. Las personas necesitan consistencia para saber dónde se encuentran y qué pueden esperar, quieren un líder que practique lo que predica y que mantiene sus promesas.

La integridad se va construyendo con el tiempo, no de un día para otro. Comienza con un acto pequeño y se va desarrollando a partir de él creando una reputación de confianza y honestidad. Si somos deshonestos en los asuntos pequeños es muy probable que también lo seamos en los grandes, ya que empieza como una pequeña bola de nieve y sin darnos cuenta se convierte en una avalancha.

Si lideramos durante mucho tiempo nos enfrentaremos a diversos dilemas morales, pero la integridad debe estar siempre presente en nuestra mente. La honestidad genera confianza y fortalece nuestro carácter. La deshonestidad puede ser estresante y necesita ser mantenida.
Si no tenemos nada que ocultar estamos en paz porque no tenemos que vivir una doble vida o contar historias falsas. No tenemos que olvidar que el carácter se construye a lo largo del tiempo y en los pequeños momentos. Las aparentemente triviales decisiones que tomamos cuando nadie nos observa van a marcar nuestro carácter.

COMPETENCIAS BÁSICAS DE UN LÍDER


La autora concluye que para que un liderazgo sea eficaz y tenga garantías de éxito debe contar con un líder que posea una serie de cualidades y competencias, entre las que destaca:

1.- Autenticidad.

Como ya hemos visto en una entrada anterior es fundamental a la hora de dirigir pues ayuda a generar confianza lo que fomenta el apoyo de los colaboradores y el incremento del desempeño de los equipos.

2.- Coraje.

Un líder debe ser valiente y tomar decisiones, enfrentarse a los retos, buscar feedback, ser responsable de los resultados y exigir que sus profesionales también lo sean. Los colaboradores quieren líderes con decisión, que interpreten las situaciones de forma racional y con inteligencia emocional, que irradien seguridad y que sean capaces de arriesgarse.

3.- Capacidad de comunicación y escucha activa.

El liderazgo se apoya en la influencia por lo que el poseer buenas habilidades de comunicación resulta esencial. Siempre hay que mantener al equipo informado de forma abierta y honesta, así como escuchar con la intención de comprender, teniendo en cuenta que la comunicación es un proceso de dos direcciones en el que nos tenemos que asegurar que hemos sido entendidos y que aceptamos el feedback. En este sentido la autora recomienda:

a).- Preparar el medio de comunicación, teniendo claro cuál es su objetivo y lo que realmente queremos transmitir.
b).- Decidir el canal de comunicación que vamos a emplear teniendo en cuenta las preferencias de nuestro interlocutor.
c).- Procurar transmitir el mensaje confirmando que el receptor lo entiende.
d).- Recibir feedback sobre el mismo, manteniendo una mente abierta.
e).- Evaluar la eficacia de la comunicación, analizando si han existido barreras para que nuestro mensaje llegue claramente a los receptores.
f).- Adoptar medidas correctoras si lo estimamos apropiado.

4.- Determinación.

Es el deseo de hacer el trabajo e incluye características tales como iniciativa, persistencia y empuje. En el caso de los líderes implica que éstos creen sus causas y estén decididos a que salgan adelante. Requiere la capacidad de no rendirse a pesar de los obstáculos que se puedan ir presentando, por lo que el compromiso es fundamental, así como la paciencia y la persistencia para alcanzar los objetivos marcados.

5.- Inteligencia emocional.

Incluye, entre otras, las siguientes habilidades: la capacidad de entender nuestra respuesta emocional ante las situaciones y ante los sentimientos y emociones de los demás, la habilidad de autogestionarnos y automotivarnos, la capacidad de empatía y las habilidades para expresar nuestras emociones y para comunicarlas eficazmente.

6.- Flexibilidad.

Ésta promueve la creatividad y facilita la mejora. Las organizaciones atraviesan diversos ciclos en su evolución y los líderes flexibles se encuentran mejor preparados para efectuar las transiciones de los equipos a través de los cambios.

7.- Gratitud.

Liderando con una actitud de agradecimiento permite apreciar las pequeñas contribuciones y reconocerlas.

8.- Humildad.

Los verdaderos líderes se caracterizan por preferir servir a ser servidos y utilizan su poder para ayudar al desarrollo de los demás.

9.- Inspiración.

El líder inspirador es capaz de crear un sentimiento de dirección y de propósito en sus profesionales para lograr alcanzar las metas fijadas imprimiendo esperanza y optimismo en la organización.

10.- Sentido del humor.

Una buena actitud atrae a las personas. Los profesionales prefieren tener líderes que muestran que tienen un gran sentido del humor porque entre otras cosas minimiza las diferencias de estatus que existen y promueve la interacción. Los líderes que utilizan el humor hacen que los que les rodean se sientan más cómodos en su presencia.

11.- Conocimiento.

Los líderes deben mostrar competencia y tener un amplio conocimiento sobre el sector en el que se mueve para poder tomar buenas e informadas decisiones. Deben tener una actitud de aprendizaje continuo para sobrevivir a los competidores y para gestionar el cambio.

12.- Generosidad.

El líder debe sentir un genuino interés por el equipo que incluye el respeto y apreciación de cada uno de sus integrantes.

13.- Integridad.

Integridad, sentido de responsabilidad y nobleza, como hemos analizado al comienzo de la entrada.

14.- Responsabilidad social.

Los grandes líderes no solo se centran en su organización y en sus profesionales sino en la sociedad en su conjunto y se preocupan por hacer una contribución significativa.

15.- Visión.

Los mejores líderes son capaces de crear una visión que proyecte optimismo y que inspire a los demás a trabajar para alcanzarla. Infunden pasión y energía a su trabajo y en el de aquellos a los que lideran.

16.- Capacidad para unir.

Los grandes líderes construyen grandes equipos. Trabajan para unir y no para dividir y construir puentes es uno de sus principales objetivos. Se esfuerzan por conocer a sus colaboradores y en averiguar que les mueve y cuáles son sus valores para ayudarles a que puedan dar lo mejor de sí mismos.

17.- Sabiduría.

Es fundamental para el liderazgo ya que es la aplicación eficaz del conocimiento. Es discernimiento, discreción, entendimiento y visión.

18.- Entusiasmo.

Es uno de los más poderosos motores para lograr el éxito. No se puede conseguir nada grande sin entusiasmo que nos va a dar la energía necesaria para seguir siempre adelante. Los líderes se centran en las oportunidades y no en los problemas, no se sientan y esperan pasivamente a que las cosas ocurran o a que alguien actúe. Actúan mientras los demás esperan y son capaces de ver el vaso medio lleno y no medio vacío.

Publicado por Isabel Carrasco en 18:01
domingo, 23 de julio de 2017

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Fuente: Hablemos de Liderazgo   Parte 1  Parte 2

Imagen: Nelson Mandela


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