Pensamiento Administrativo: Desarrollo personal y profesional: La insatisfacción como fuente de motivación.

La insatisfacción, fuente de motivación.
Por David Barreda.
Procesos y Aprendizaje.

Desarrollo personal y profesional: La insatisfacción como fuente de motivación.

La búsqueda de la motivación y la pasión no tiene por qué ser siempre una búsqueda ‘apasionada’ y/o ‘motivadora’, en el sentido popular de la palabra.

#citaciega
“Como nada le llenaba, se imaginó como un pozo sin fondo,
y atravesó el mundo, saliendo por el otro lado”
De Las ganas infinitas, Fátima M. Roldán. .

Vamos, que no es siempre un encadenamiento de aciertos y éxitos, ni tiene que significar una ristra de descubrimientos reveladores e inspiradores que se suceden en el momento.

A veces te das cuenta de las cosas, cuando las cosas pasan y ganas un poco de perspectiva. Todo el mundo, con un poco de sentido común, tiene más o menos claro este asunto.

También se tiene claro que la mayoría de las veces la pasión y la motivación se genera trabajando duro, e incluso fracasando. El que esto también se tenga claro no quiere decir que resulte divertido cuando nos ocurre.

No soy nada fan de la cultura del fracaso que parece bien instalada en la industria del ‘pensamiento positivo’, no es porque no acepte el fracaso (que no me queda más remedio que aceptarlo), sino porque lo paso mal (y no me gusta pasarlo mal, qué quieres que te diga, aunque luego me sobreponga).

A veces, la búsqueda de la motivación y la pasión se termina cuando encuentras tu insatisfacción, la fuente de tu insatisfacción, su estructura, los elementos que la visten, y todo lo que la adorna. Clave para dar el siguiente paso.

Es curioso, pero cuando pienso en aquellas variables que me han servido para descubrir y conseguir algunos de los logros más preciados de mi histórico vital, en muchas ocasiones, aparece la insatisfacción como pivote necesario.

Me pica un huevo

Es cuando algo no encaja. Invisible. Cuando sabes que no estás en tu sitio, que ese no es tu sitio. Que no has nacido para eso (si es que has nacido para ‘algo’). O que no estás del todo ‘completo’, que no estás al 100% de lo que quieres hacer, sentir o experimentar. Falta algo. Es esa sensación de insatisfacción, que en el mejor de los casos, se transformará en información privilegiada.

Creo que es una virtud, y creo (o quiero creerme) que es una virtud entrenable. Me refiero a esa que hace que transformemos nuestras emociones y sentimientos en conocimiento, y ese conocimiento en pensamiento, que generarán actitudes, que serán las que envuelvan las conductas más efectivas.

Desde este punto de vista, gestionar la insatisfacción bajo esta secuencia, terminará dibujándonos la necesidad que tenemos, y solo cuando sabemos lo que necesitamos, podemos satisfacerlo. Ojo, hablo de necesidades, no hablo de caprichos cuya satistacción no nos alimentará nada.

Una cuestión de gestión

Reconozco que no es sencillo hacer esto. De hecho, te reconozco que no estoy muy seguro de cómo se hace. Pero sí tengo la seguridad que es clave la gestión emocional que hagamos de la insatisfacción.

Cualquier emoción y sentimiento tiene muchas caras. Dinámicas y volátiles la mayoría de las veces. Farragosas y pegajosas cuando tienen una vertiente negativa, sobre todo cuando cuestionan nuestro autoconcepto, ponen en crisis nuestra autoestima y nos esconden las competencias.

La insatisfacción puede verse como un fracaso, o puede verse como una circunstancia. Puedes sentirte culpable de no haber encontrado aquello que te alinea con los astros y te hace feliz, o puedes sentirte responsable de dar el siguiente golpe de timón hacia unos mares más cómodos y afines a tu embarcación. Sí, cuestión de Haz-titud, como diría Alfonso Alcántara.

Quedarnos enganchados a la insatisfacción es una forma de hacernos víctimas de nuestras propias circunstancias. Recuerda que no hay nada más inefectivo que el sentimiento de víctima (sobre todo cuando no lo eres), es de los menos adaptativos, de los que te dan menos capacidad de acción y te convierten en un rehén de los escenarios y contextos en los que vives.

Preguntas e inconformismo

No se trata, ni te estoy sugiriendo, que te pongas a ver el vaso medio lleno cuando sientas insatisfacción, nada de eso. Se trata de que, en primer lugar, te hagas las preguntas adecuadas en el momento adecuado, que las contestes y que optimices esa información que obtengas.

Y si no tienes ganas, busca a alguien que te apoye, que te permita pensar en voz alta, pero inicia la secuencia: de emociones y sentimientos a conocimiento, de conocimiento a pensamiento, de pensamiento a actitud, de actitud a acción…

…y si no funciona, vuelta a empezar. NO TE CONFORMES. El inconformismo, mezclado con la insatisfacción, pueden ser un motor potente… si sabemos arrancarlo.

Si te conformas empiezas a morir. Entras en vía muerta. Si no te conformas, tu insatisfacción será una llamada. Una llamada que nos indica que va siendo hora de cambiar el campamento de sitio.

Hazte las preguntas adecuadas…
¿Qué quieres?, ¿Por qué lo quieres?, ¿Para qué lo necesitas?
…y no te conformes.

Nómadas de la felicidad

No hablo de que tengamos que ir de flor en flor. Ni de que seamos animales con culo de mal asiento, abonados a un inconformismo vacío. Una cosa es ser un inconformista, en el mejor sentido de la palabra y otra es que seas un caprichoso, o una caprichosa, y no encuentres satisfacción en nada… como un niño consentido. No hablo de eso. Aplica sentido común a estos párrafos.

Hablo de que la insatisfacción puede ser muy efectiva, si la haces ‘inteligente’, porque te hará dar el siguiente paso. Te evolucionará.

Recuerdo cuando empecé en formación, al principio daba cursos de lo que había estudiado y era feliz. Luego, me di cuenta que el alumnado me demandaba más, y no podía responderles, así que me formé en temas de gestión de personas y pude ir más allá con ellos, y fui feliz de nuevo.

Pero seguían demandándome, y no tenía herramientas y me sentía insatisfecho, y me formé en coaching, y recuperé el equilibrio y pude compartir con ellos esas herramientas. Pero aún no era suficiente. Y luego empecé a estudiar Psicología. Y luego coaching ejecutivo, y luego…

…no tengo ni idea, pero caigo en la cuenta de que mi carrera profesional se parece mucho a una búsqueda de una satisfacción plena que nunca llega, que cada vez la echo menos de menos, pero que me ha jaloneado al siguiente paso… haciéndome vivir experiencias vitales, enriquecedoras, mucha felicidad y un inconformismo que espero que no se me acabe nunca.

Por el camino, se me ha ido dibujando lo que hasta ahora me apasiona, y que me doy cuenta que es denominador común de todo lo anterior.

Vuelvo a citar a Alfonso Alcántara. Dice que tener motivación no es tener ánimos, es tener motivos. Es eso. Y la insatisfacción y el inconformismo nos llenan de motivos. También dice que ‘te sientas como te sientas, haz lo que tienes que hacer’… lo que unido a lo anterior, la verdad, es uno de los activadores personales más potentes que conozco.

Inconformismo, insatisfacción… motivos y acción… al alcance de tus recursos, con el máximo de ambición…

…no te lo pienses.

24 de octubre de 2016

Procesos y Aprendizaje.
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La insatisfacción, fuente de motivación

David Barreda

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David Barreda Carrillo

Formador, Coach, facilitador de procesos de desarrollo personal para el empleo y marca personal. Procesos de Inteligencia Emocional colectiva.
Huelva y alrededores, España.
Formación profesional y capacitación.
Actual: Procesos y Aprendizaje.
Anterior: EMCOFEANTRAN, Centro de Estudios Academo, Centro de Formación del Profesorado_Huelva-Isla Cristina.
Educación: Universidad de Huelva.
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https://twitter.com/davidbarreda_db

Fuente: Procesos y Aprendizaje
Imagen: les-insatisfactions-positives.jpg

Del mismo autor: David Barreda